Geología del Curueño. Desde hace 250 millones de años
Del capítulo sobre Geología del libro "La Mata de Curueño. Orígenes e historia de antier" extraemos unas nociones sobre como se ha formado este territorio durante millones de años:
Era Secundaria o Mesozoico (Hace 250 a 66 millones de años).
En
el Curueño no hay sedimentos del
Jurásico, ni, por tanto, restos de dinosaurios, pero si tenemos del
Mesozoico:
Cretácico (145 a 66 millones de años). El túnel del tren entre Valdepiélago y Otero es caliza del Cretácico, con fósiles de buen tamaño, pero este periodo aparece más completo en la zona de Boñar y hay que ir a verlo allí. Una de las facies son las arenas de colores que se encuentran por encima de Campohermoso. En general, se puede ver desde la carretera que viene de La Robla hacia Matallana de Torio, La Vecilla y Boñar.
Formación
Voznuevo (Utrillas). Areniscas sueltas y conglomerados silíceos. Existen
graveras en Solanas de Fenar, Voznuevo, Grandoso y Colle.
Formación
Boñar. Son calizas y dolomías conocidas como Piedra de Boñar, utilizada en
edificios nobles como la Catedral de León o el Palacio de los Guzmanes. Su
depósito ha sido relacionado con el ascenso del nivel del mar durante el
Cretácico Superior, que inundó los depósitos de la Formación Voznuevo.
Iglesia de La Mata de Curueño. Construida con cantos rodados del rio y bloques labrados de Piedra de Boñar y caliza de Láncara, en las esquinas
Era Cenozoico.
Periodo Terciario (Hace 66 a 2,55
millones de años).
En este periodo se produce la
orogenia Alpina, que origina las principales montañas actuales de la tierra,
entre ellas los Alpes, Himalaya, Pirineos y la
cordillera Cantábrica.
Como
consecuencia de la elevación de la cordillera Cantábrica, al sur de ella se
produce una depresión continental, la cuenca sedimentaria del Duero, que se
desarrolla por reactivación de fracturas tardihercínicas durante la orogenia
Alpina, rellenándose por sedimentos continentales depositados en ambientes
fluviales generados por una importante acción erosiva de las montañas,
con diferentes etapas de relleno, esencialmente torrenciales, que dejaron en
los valles y cuencas voluminosos depósitos de materiales de relleno.
Así,
por debajo de La Vecilla, se encuentran materiales terciarios detríticos que rellenan la amplia depresión del Duero
con conglomerados, arenas, margas, arcillas margosas y arcillas. Las arcillas
se han utilizado para la fabricación de tejas, ladrillos y adobes, si bien para
los adobes se han empleado más las arcillas margosas, por su mayor compactación.
Los
sedimentos terrígenos del Terciario más profundos se denominan formación
Vegaquemada, representada por ambientes sedimentarios fluviales.
Construcción
típica de la zona. Cuadras en La Mata de Curueño.
Muro de canto rodado en la parte basal y encima tapial de adobe
Por
encima se depositó la formación Candanedo, con conglomerados poligénicos de
naturaleza silícea y calcárea con algunos bancos de arenas, areniscas y fangos,
con potencias progresivamente mayores hacia el sur y que son visibles en el
escarpe del río Curueño entre La Mata y Santa Colomba. El tamaño de los cantos
disminuye de norte a sur, al ser de origen fluvial y proceder de la cordillera
Cantábrica. Se trata de un sistema de abanicos aluviales coalescentes, que fueron
rellenando la cuenca fluvial.
Estos
materiales están recubiertos discordante y erosivamente por la formación Barrillos, con conglomerados
silíceos en tránsito a capas de arenas y fangos, que ocupan la mayor parte de
los montes de La Mata y alrededores y que representa el final de la
sedimentación del Terciario.
A
finales del Terciario tuvo lugar un cambio climático importante en todo el
planeta, que pasó de ser árido a ser húmedo y las fuertes lluvias actuaron como
principales agentes erosivos, modelando así el paisaje actual de esta zona.
Periodo Cuaternario (Hace
2,5 millones de años a la actualidad).
En
el Cuaternario, o periodo de las glaciaciones, el clima cambia profundamente,
con fases muy frías que proporcionó a la cordillera Cantábrica
un importante manto nival en forma de glaciares, que alcanzaban cotas de mil
metros de altitud,
seguido de épocas de clima menos frío y más húmedo, los periodos
interglaciares.
Durante los últimos 10.000 años, con la
progresiva transición hacia el clima actual, se fue formando el relieve como
hoy lo conocemos.
En las zonas de montaña, donde existen
materiales resistentes a la acción fluvial, se han tallado desfiladeros u hoces
como en Vegacervera o Valdeteja.
El río Curueño no presenta niveles claros de terrazas.
Aparece un paso gradual muy suave de la llanura de inundación a la terraza del
río Porma a la altura de Barrillos, en la margen derecha del río.
Las formaciones superficiales asociadas al modelado
de vertientes son fangos pardos, fangos arenosos con clastos dispersos de
cuarcita, arenisca y cuarzo; localmente acumulaciones en pequeños surcos de
arroyada de cantos de igual composición.
Las formaciones superficiales asociadas al modelado
fluvial son fangos pardos con
acumulaciones de cantos silíceos y carbonatados, con formación de valles de
fondo plano y conos de deyección.
Valle de Curueño, con La Mata en primer término. Foto de Pipe García
El pueblo de La Mata y su vega se sitúan sobre
suelos que pertenecen al Cuaternario y
han sido desarrollados por depósitos aluviales de limos y arcillas de
inundaciones asentados sobre el cauce del río, lo que ha constituido la zona
agrícola productiva.
Y los montes de La Mata están formados por materiales terciarios
recubiertos por mantos de conglomerados silíceos denominados rañas y tienen
una disposición tabular, es decir, prácticamente horizontales.
El relleno endorreico de la cuenca se produjo en un
medio continental, por materiales siliciclásticos, desde limos a conglomerados,
que formaban sistemas aluviales coalescentes hacia el centro de la cuenca. El
área madre se situaba en los rejuvenecidos relieves de los macizos paleozoicos
de su margen.
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