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10 de mayo de 2023

Cinco matenses en el último libro de Jesús Díez

 

 




Los matenses Femiano, Colás, Lucinio, Margarita y Simón son  parada, tras haber escuchado las verdades de la vida, en "El Curueño, donde la luz es memoria", último libro, recién salido de imprenta, del escritor, poeta y fotógrafo de Sopeña de Curueño, Jesús Díez Fernández. 

Esto nos cuenta Jesús Díez como introducción al libro:

La fotografía es luz, la mirada del fotógrafo busca un ángulo desde el que, en esa luz, retener el instante, trazar la memoria de una geografía nacida de sus deseos. Detrás de cada retrato están las presencias de mi origen, lo aprendido en ese lenguaje de respuestas de una cultura rural, vivida y soñada: las metáforas de los afluentes humanos del río Curueño, que fueron realidades en otro tiempo. En este viaje por el cauce de un río de imágenes, el camino está cubierto de espejos y arroyos, a veces turbios. Atreverse a regresar en la distancia es proseguir sin límites ni puntos cardinales, incluso deseando hundirme como el náufrago, volver a un principio: la nieve sin derretir en mis labios, en cuyos límites lindar con el imposible. La esencia del volver se plasma en una senda de agua helada, que el tiempo y la memoria la llevan por caminos diferentes: La tejedora de invierno y verano, el tatuaje fosilizado de la noche y el día con su magia de brumas, la hacedora de otoño y primavera, y ese juego extraño de preguntas que sigue habitando dentro de mí: ¿La realidad vivida, la realidad recordada?

16 de abril de 2023

El Curueño, donde la luz es memoria

 

"El Curueño, donde la luz es memoria" es el último libro, recién salido de imprenta, del escritor, poeta y fotógrafo de Sopeña de Curueño, Jesús Díez Fernández. 
Continúa con un trayecto cómplice en que ama a su tierra en el Curueño a través de sus gentes. Se apodera del paisaje, de su realidad y relata metáforas reflejadas en el espejo, pero también en sus enigmas. Los matenses Colás y Femiano son  parada tras haber escuchado las verdades de la vida.





12 de abril de 2023

Santa Misión año 1933, en La Mata

En el Facebook del Ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño publican estos días una fotografía de la Santa Misión celebrada en La Mata de Curueño en el año 1933. Completamos la información con los datos recogidos en el libro tomo 2  "La Mata de Curueño. El ayer del siglo XX":

9.11. Santa Misión y Cofradía del Santi Spiritu

La Cofradía del “Santi Spiritus” del Valle del Curueño, también llamada “de los doce Apóstoles”, fue fundada en el año 1621, con sede en Santa Colomba de Curueño, por D. Pedro Robles, cura rector de dicha parroquia. Era exclusiva de clérigos y estaba formada por los curas párrocos, ecónomos y clérigos residentes en los diez lugares del Valle de Curueño. Según las disposiciones fundacionales, el número de cofrades no debía sobrepasar los doce y sus fines eran el bien espiritual de los hermanos y la ayuda en el orden material, así como el bien de las ánimas del purgatorio a través de los sufragios de las mismas.
    Tenía como sede el altar del Bendito Cristo de la iglesia de Santa Colomba y en el acta fundacional ya se permitía el derecho de ser hermano a un familiar seglar del fundador, el que él designase, para que gozase de los bienes de los aniversarios a condición de que se encargase de llevar los ornamentos y ayudar en las misas que se celebrasen. El día de la entrada de un nuevo hermano, decía una misa mayor de Espíritu Santo con asistencia de los hermanos cofrades con sobrepellices y bonete. Por la entrada de hermano había que pagar 1000 maravedíes, una vela de a cuarterón a cada hermano, que permanecía encendida durante la celebración, así como la comida y colación a los hermanos.
   La base económica de la Cofradía eclesiástica del Valle de Curueño era las fundaciones de aniversario de misas sobre fincas que llevan  la carga de esas misas. Los bienes de la cofradía fueron en aumento, tanto en fincas como en censos, y en 1780 se obtiene del señor Obispo permiso para dotar dos capellanías colativas residenciales con hijos del Valle de Curueño, como auxiliares de la cofradía, pues el número de fundaciones de aniversarios aumentaron considerablemente. Se daba al capellán 1300 reales anuales y también servía en las parroquias vacantes. Tal fue el caso de D. Pedro de la Iglesia, presbítero natural de Pardesivil, que estuvo de capellán de la cofradía de 1834 a 1883 y fue cura de La Mata de 1873 a 1879.
    La capellanía fue absorbiendo a la cofradía y en 1799 solo eran tres hermanos. En 1780 el capellán tenía que aplicar 118 misas rezadas y 32 cantadas cada año. En el siglo XIX va disminuyendo el potencial económico de las fundaciones piadosas con las nuevas leyes y el número de misas va disminuyendo. En 1883, año de la muerte del último capellán, son 66 misas comunes y 22 cantadas y a comienzos del siglo XX solo hay un encargado de la administración y de aplicar las misas de aniversarios.
    En marzo de 1922, los párrocos de los diez lugares del Valle de Curueño, promovidos por D. Teodoro González Robles, cura de La Mata, elevan una petición al Obispo para que se restablezca la Cofradía del Santi Spíritus del Valle de Curueño y se elaboran nuevos estatutos basados en la primitiva regla, se fija la fiesta del titular de la cofradía el jueves de la infraoctava de Pentecostés y en 1926 se venden las fincas rústicas de la cofradía por 33.435 pesetas, que se invirtieron en títulos de deuda perpetua a un interés del 4%. Con los intereses de dichos títulos se acordó que se diesen misiones anuales, predicadas por dos padres misioneros, en cada una de las parroquias del valle, siguiendo un turno rotatorio. En 1926 se destinaron a dicho fin, 300 pesetas. Las misiones anuales se interrumpieron durante la guerra civil. En 1936 se celebró en Pardesivil. En 1941 se reanudaron y se celebraron en La Cándana y a partir de 1943, al disminuir los recursos económicos, se acordó celebrarlas cada dos años, y después cada tres años. En los años cincuenta cesaron las misiones a cuenta de los fondos de los intereses de la Cofradía del Sancti Spíritus.
    A la vez que las misiones, seguían aplicándose las misas correspondientes a fundadores de aniversarios encargados a la cofradía. En 1926, dichas misas eran de 128, entre rezadas y cantadas, mientras que en 1975 fueron 40 rezadas, que aplicaban D. Cayetano González, cura de Santa Colomba y D. Germiniano García, cura de Barrillos. La cofradía perduró hasta la jubilación de D. Cayetano. 
   Por tanto, era costumbre que el párroco, con la ayuda de predicadores pertenecientes a congregaciones religiosas que iban de pueblo en pueblo, organizasen  algún año una reunión de los feligreses donde, durante dos o tres días, había una dedicación especial a la vida cristiana con la asistencia masiva a varios sermones sobre el Evangelio y con prácticas religiosas, con el fin de promover y acentuar la religiosidad de la gente. 
    Hay constancia de que en La Mata se celebró la Santa Misión o Misiones en marzo de 1933, en febrero de 1947  y en mayo de 1965. Uno de estos hechos ocurrió en nuestro pueblo durante el tiempo de cuaresma del año 1933. Una cruz de madera colocada en una pared del atrio del templo parroquial testimonia desde entonces tal circunstancia; en la misma se lee la siguiente leyenda: Recuerdo de la Santa Misión. Padres Capuchinos. 26-3-1933. También aparece la fecha de 29-5-1965, ya que durante unos días de ese año se repitió esta práctica religiosa. Además, en alguna casa se conservan estampas como recordatorio de las mismas, entre ellas de la Santa misión predicada por los padres capuchinos Justo de Villares y Policarpo de Barajores, que se celebró en La Mata del 17 al 23 de febrero de 1947.


    Valiosa, por tanto, es la fotografía de la portada de este libro, que recuerda aquel acto de 1933. Al parecer está tomada en las eras de Gregorio Fernández y de Petronila Fernández, que lindaban con la carretera y a las que se llegaba desde el pueblo por La Callejina, la cual salía desde el inicio del Camino de La Moral. También participaron feligreses de Santa Colomba y de Pardesivil. Así se ve, en la parte izquierda de la fotografía a un grupo de niños y adultos pertenecientes a Santa Colomba y otro grupo de niños de Pardesivil hacia la parte central, mientras que un buen grupo de niños de La Mata están agrupados en la parte derecha, alrededor de la imagen del Niño Jesús de Praga colocado en sus andas. 
 Con la ayuda de Mª Ángeles Fernández López que tenía entonces ocho años, se puede identificar a algunas de las cerca de doscientas personas que “posaron” hace tantos años:
 En la primera fila de abajo, y de izquierda a derecha, algunos reconocidos son: Eduardo García; Imelda Fernández; Sagrario, esposa de Patricio; Pascuala, hermana de Alberta (de Pardesivil); los niños Celestina Bayón, Patricio Bayón, Francisco Díez (Quico) o Eladino; y  Amelia de Pardesivil.
 En la segunda fila: D. Cayetano, D. Eulogio y D. Teodoro, párrocos, respectivamente, de Sta. Colomba, de Pardesivil y de La Mata y un padre capuchino predicador; Amancio Fernández y Román Fernández (con jarra y cazo); Eufemiano Díez con su hermano Marcelino en brazos; Paula y Julia Bayón; Eliseo Álvarez, nieto del tío Faustino y Ángel García, con las andas y  Mª Ángeles Fernández (con vestido blanco).
 En la tercera fila: niños de Sta. Colomba; Dominica Bayón, (detrás de D. Teodoro); Marucha Bayón, hija del tío León, Andrea Bayón; Pura,  varias mujeres con mandil y entre ellas, Chonita García, Consuelo Fernández,  Amalia Muñiz, Honorina García, Nila Fernández y Mª Luisa Cuesta. Delante, Felisa con una niña en brazos y Andrea Bayón; Luis Fernández y Pedro Orejas, con las andas; Nieves Castro, Ovidia Castro, Tomasa Castro, con un niño en brazos y D. Braulio, párroco de Sopeña.
  En la cuarta y quinta filas, niños de Santa Colomba y un amplio grupo de niños de Pardesivil y La Mata, reconociendo al final de la fila a Adolfo Fernández, al lado del padre predicador.
 En la última fila,  mujeres y hombres de La Mata en su mayoría: Juana Fernández, Elena Robles, Florinda Álvarez, Asunción o Luz, María Bayón, Cecilia Robles, Marucha de Pardesivil, Elisa Getino, Eloy, que era tambolirero, Fabriciano Cuesta, Amable el sastre, Víctor García, Juan Robles (con gorra), Filomena Castro, Pepa García (con el estandarte), Emilia Bayón y Máxima, nieta del tío Faustino (vestidas de primera comunión), Modesta Álvarez, Aníbal Fernández, Mª Andrea Fernández, Teresa Robles, Delfina, madre de Marcelino, Otilia y Adela Bayón y Melánea Bayón.

12 de agosto de 2022

Presentación de "Dolor", la última novela de Francisco Panera

¿Imaginas asistir a una presentación de un libro en el mismo lugar en el que se localiza la historia? El matense Francisco Panera ha presentado esta semana su última novela "Dolor" ambientada en la montaña leonesa, en Cármenes, La Vecilla y Boñar. ¡Enhorabuena!

En la Oficina de Turismo de Boñar
En el Torreón de La Vecilla
En el Casino de Cármenes

Y como colofón, La Mata de Curueño


28 de julio de 2022

Los libros de La Mata de Curueño en formato digital

    

Están disponibles en Issuu, servicio en línea que permite la visualización de material digitalizado, como libros y revistas, los tres libros editados por la Junta Vecinal de La Mata de Curueño, así como los 142 números de la revista "La Mata de Curueño, un pueblo que nos une". Para acceder cliquear sobre las imágenes o en los siguientes enlaces:


4 de julio de 2022

Parajes en La Mata de Curueño

Del libro "La Mata de Curueño. Orígenes e historia de antier" extraemos del capítulo 3. Montaña y Ribera, el apartado sobre La Mata de Curueño. 

 3.3. La Mata de Curueño

Patrimonio del pueblo de La Mata de Curueño son en el monte, al Poniente o monte de Abajo las fincas rústicas del Monte de Perales y sus agregados, de unas 1.1000 hectáreas; el terreno mancomunado con Santa Colomba de Curueño, de 100 ha. y al Saliente o monte de Arriba, unas 450 ha. con el monte Las Solanas (Monte Gómez), de 84 ha., y desde el Matón, por donde el valle de San Tirso, hasta La Praderona y Valdefuentes y hasta el Camino de la Lomba, en su parte superior.

Parajes en los montes cercanos a La Mata de Curueño


Parajes en el monte del Poniente

 Formando parte de la ribera del Curueño, son patrimonio del pueblo de La Mata de Curueño, los pastizales del Soto, de 3,5 hectáreas; Los Valsales, de 0,5 hectáreas; El Sotillo, de 1,5 hectáreas y El Cascajal de Entrerríos, de 2,5 hectáreas; y las cuatro masas comunales resultado de la concentración de fincas parcelarias del año 1.976, en El Soto, La Parra, La Pradera y Valdefuentes, con superficies de 35.000, 3.115, 3.320 y 2.850 metros2.

El casco urbano de La Mata divide en dos, al norte y al sur, las 150 hectáreas de las tierras de regadío que constituyen la vega del pueblo. Son dos vegas separadas, de una anchura de unos cuatrocientos metros, que están encorsetadas por los  dos montes,  la carretera y el río.

Las Secadas, Los Praos Nuevos y El Soto, la limitan por el norte con las fincas de Pardesivil; y los terrenos de Roseco, Las Liviadas, Los Escabales, Trigales y Mermojona, son su deslinde por el sur. En medio se encuentran parajes como El Caballo, El Vago, La Moral y La Tuerta, por un lado, y por el otro, La Serna, La Parra, Las Barreras o La Tolera.

Parajes en el pueblo de La Mata de Curueño

 


5 de junio de 2022

La ribera leonesa

 Del libro "La Mata de Curueño. Orígenes e historia de antier" extraemos del capítulo 3. Montaña y Ribera, el apartado sobre la Ribera leonesa. 

 3.2. La Ribera

Hace unos 35 millones de años la orogenia Alpina originó la elevación de la Cordillera Cantábrica por encima de 4.000 metros de altura, produciendo al sur de La Vecilla una depresión continental que  fue rellenándose por sedimentos generados por una importante acción erosiva de las montañas, con diferentes etapas de relleno, esencialmente torrenciales, que dejaron en los valles y cuencas voluminosos depósitos de materiales de relleno. Así, por debajo de La Vecilla, se encuentran materiales terciarios detríticos  que rellenan la amplia depresión del Duero, con conglomerados, arenas, margas, arcillas margosas y arcillas.

Posteriormente la acción erosiva del río Curueño fue formando el  cauce para desaguar; primero hacia el oeste, por el valle por donde discurre actualmente la carretera que va a Matallana de Torio y a La Robla, y luego, mediante un movimiento de reajuste, el río empezó a desaguar hacia el sur, tal como hoy lo conocemos,

Por tanto, en la ribera del bajo Curueño encontramos actualmente una zona de monte, con alturas por encima de los mil metros de altitud y una zona de vega, por donde discurre el cauce del río y donde están asentados los pueblos, que presentan altitudes por debajo de los mil metros.


Vértice geodésico de Corollas (1.308 m)

En el Monte del Saliente, de Arriba o del Este del valle de Curueño, que limita con la ribera del río Porma, encontramos, comenzando por las proximidades de La Vecilla, los altos de Forcada (1.315 metros), Peña del Rollo (1.264 m), Rasa de las Campanas, Muga (1.325 m), donde está situado un vértice geodésico, collado de la Portilla (1.247 m), Valdegallinas, alto de Valdepradines (1.212 m), Loma del Casar, Valdecerezales, Comuñas (1.232 m), Los Terchiles, Mata Alta, Las Solanas de La Mata (1.168 m), Cota Carracedo, El Matón, La Juncal, Violar,  Loma del Pozarón (1.136 m), junto a la laguna de La Trapa, La Trapa (1.156 m), donde está situado otro vértice geodésico, Los Casares, San Lorenzo, Valmoro (1.106 m), Alto Valdeiglesia (1.076 m), La Lomba (1.008 m), El Rabitón, La Bisga o Las Calabazas, ya cercanos a Ambasaguas de Curueño.

En este Monte del Saliente del valle del Curueño tenemos valles y vallinas, como Vallina del Caño, Valcayo, Valdevellia, arroyo de la Cola, Vallequín, valle de San Feliz, del Ancinal, Montoria, Valseco,  valle de la Cola, de la Fuente, Carabedo, Pedroso, valle de San Tirso,  Rastreadero, de la Cueva, Valdefuentes, Gustifel, Calsolvera, Valdetallas, Vallina Bajera, Pradera Barberín, Fonsequina, La Praderona, la Pradera de la Trapa, Laguna Llano Grande, Pradera de la Cruz, valle de Onceca, Posarón, Trasdeiglesia, Zalamedo, La Caridad, Valbuena, Valdelavimbre o vallinas del Molino, Arcada o del Corral.

En el Monte del Poniente, de Abajo o del Oeste del valle de Curueño, que limita con la ribera del río Torio, están, comenzando desde La Vecilla, los parajes de La Campona, Rasas de Remudo, Valdebroyo (1.257 m), Santa Catalina, Valdecerezales, Valdecándana, Rabogato, Navayo (1.278 m), La Cota tres Pando (1.253 m), La Mata Vieja (1.232 m), Cabeza Bejil (1.237 m), Los Fontañones, Los Fontañones, Adrados, Callejo de Adrados, La Parra, El Abesedo, Corollas (1.308 m), donde está situado un vértice geodésico, Cabecera de Fontañones, Las Casiellas, El Frontil, El Bragón de Perales, Las Barreras, (1.209 m), Las Cabadas, La Sierra (1.63 m),  La Laguna del Puerco (1.203 m), Alto la Cota (1.193 m), Canto del Prado, Alto del Fuyascal (1.229 m), Prado, Las Majadas, Los Cabezales, Los Caños (1.149 m), Alto las Colineras (1.129 m), Las Barreras (1.053 m), Los Cortijones, La Atalaya (1.154 m), Sesteadero (1.174 m), donde hay otro vértice geodésico, La Requejada, Las Pedrosas, Lomba de las Manzanelas, Malpersen, Lomba de Zarandiel, El Mochicón, El Mochiquín, El Majado Jorgín, Alto Valdellagas (1.49 m), Canto el Gato, La Majada, Urdiales, Las Bouzas, Los Bardales, Alto Carbosinos, El Urzal,  El Corvo, Muñegro, Valdelario, Las Lombas, Las Meloneras (1.005 m) y el Monte de Barrio.

En este Monte del Poniente se encuentran valles,  vallinas y arroyos, como el arroyo de Aviados, de Mataflor, de Llamargón, de Remuñón, de Remudo, Fuente del Oso, Vallín del Corzo, arroyo de Ciñera,  Carabedo, Bustifel, Vegacimera, Vegabajera, Fuente Lobos, Valdemorín, Premegil, Valdemaría, Valderrozas, Vallina del Oso, Bardal, las Casas, de los Abesedos, valle de San Juan, Vallequín, Valcayo, Moncabrón, las Colineras, Valdegrija, San Roque, valle de Roseco, Vallincabao, Cuevalobo, Valdecarro, Perales, Requejada, vallina la Cerezal, Los Carros, del Espino, Los Caños, Abesedo de Roseco, valle de Zarandiel, vallina Merdero, Praderona, Pradera los Trebanos, Valdehembra, Valdemedián, Valle la Cota, las Raposeras, arroyo de Valdellagos, Vallín del Agua, de las Vacas, de Corzos, vallina del señor Santiago, Valdeformo, Carbosinos, Villa, valle de Muñegro, del Sestil, Valdesaz y Valdespina.

Y parajes en la vega del valle del Curueño como La Vega, El Soto, Las Fronteras, Palacios, Soto Abajo, Vega Sopeña, Palazuelo, Villaseca, El Molino, Prados de la Muria, Los Quiñones, El Plantón, Prados Nuevos, El Soto, Las Cabonas, Los Cabales, Las Libradas, El Vinal, La Serna, El Fuello, Solanilla, Soto Ciervo, Los Praderones, La Vega, La Serna, El Molino, Llagano, La Patera, La Pradería, Las Perdigonas, El Vago Abajo, La Vega de Barrio, Prao Marne y  Las Maticas.

Desde el camino a Pardesivil, Peña Valdorria y el huevo de Nocedo