30 de junio de 2020

Obituario. Nila

Adonila Fernandez Castro
Falleció en León, el día 29 de junio de 2020
a los 83 años de edad.
Habiendo recibido los Santos Sacramentos y la B. A.
D.        E.         P.  
            Su esposo: Amador Valladares Castro; sus hijos: Manuel y Pilar Valladares Fernández; hijos políticos: Mayte Robles y Joseba Garrastatxu; nietos: Irati y Julia; hermanos, hermanos políticos, sobrinos, primos y demás familia. 
                      SU CUERPO SERÁ INCINERADO EL MIERCOLES DÍA 1 DE JULIO A LAS DOCE Y MEDIA DE LA MAÑANA EN LA INTIMIDAD FAMILIAR. 
Ruegan oraciones por su alma y le comunican que las EXEQUIAS Y MISA DE FUNERAL se celebrarán el MIERCOLES día 1 DE JULIO a las SIETE Y MEDIA DE LA TARDE  en la iglesia parroquial de LA MATA DE CURUEÑO  
CAPILLA ARDIENTE: SALA 9- TANATORIO DE LEÓN. AVDA. PEREGRINOS, 14
LA FAMILIA RECIBE DURANTE EL MARTES DÍA 30 DEL CORRIENTE.

Nila en 2016, junto a Antonio, Agustín, Isidro y Miguel

En 2016 Nila cumplió 80 años y en las fiestas fue homenajeada junto a otros hijos del pueblo: Antonio García Castro, Agustín Bayón Castro, Isidro Valladares Castro y Miguel Fuertes González. Estas fueron las palabras dedicadas a su persona:
 Nila nació el 12 de agosto en la familia de Antonio Fernández y Ovidia Castro, en La Plazuela. Su niñez y adolescencia la pasó con el aprendizaje en la escuela, ayudando a su madre en las labores del hogar y  en los trabajos del campo y cuidado de ganado en prados y sotos.
Después de contraer matrimonio con su vecino Amador Valladares, el 3 de agosto de 1972, se fueron a León, donde vive y nacieron sus hijos, Manolo y Pili, que le han dado dos nietas, Julia e Irati.
Como tantos otros nacidos en el pueblo, ha tenido la satisfacción de disponer en el mismo de su casa, jardín y huerta, destacando el cuidado de flores y que recuerda la buena mano para ello de su madre Ovidia.
Nila es el prototipo de la mujer sencilla y humilde, dedicada en cuerpo y alma, día y noche, a la atención del hogar, a la compañía próxima y necesaria a su marido y a la educación de sus hijos.


29 de junio de 2020

Convocatoria de Concejo

Se convoca Concejo en La Mata de Curueño para el sábado 4 de julio, a las seis de la tarde en el Teleclub.

Iluminación del nuevo paseo en La Mata

A falta de los bancos para completar el paseo donde la presa de Las Fuentes, 
 ya han sido instaladas las dos farolas

22 de junio de 2020

Se cancelan las fiestas 2020 en La Mata


Javier Menguez, presidente de la Comisión de fiestas de La Mata de Curueño,  ha emitido un comunicado en las redes sociales suspendiendo oficialmente las fiestas de verano 2020, en honor de San Martín de Tours. De cualquier manera, el himno de La Mata y Los titos de Corbillo tendrán que sonar en algún  momento. Esto dice el comunicado oficial:

SE CANCELAN LAS FIESTAS ⚠️

Hace ya tiempo que existían claras dudas sobre sí podríamos o no celebrar como todos los años las fiestas de La Mata. 

La pandemia 😷 que hemos vivido estos últimos meses ha complicado bastante las cosas y desde la comisión se tenía claro que se priorizaría la seguridad y la salud de los vecinos a la realización de las fiestas. 

Aún así se decidió esperar y ver cómo evolucionaba la situación antes de tomar la decisión final ⏳.

Estos días se han ido publicando las medidas de las diferentes comunidades autónomas para la nueva normalidad . En el caso de Castilla y León, una de esas medidas es la 🚫 PROHIBICIÓN DE TODAS LAS FIESTAS LOCALES 🚫. Por ese motivo lamentamos anunciar que este verano no se celebrarán las fiestas de La Mata como se viene haciendo desde hace tantos años.

😔Nos duele anunciar esto pero hay que comprender que se trata de una situación excepcional. Esperemos que a lo largo del año la situación mejore y que en 2021 podamos celebrar nuestras fiestas como se merecen 🎆

Bando del ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño

21 de junio de 2020

La Mata vista por Sara M. Vargas

 Navegando por Internet hemos encontrado este precioso mural sobre La Mata de Curueño, realizado por Sara M. Vargas. ¡Cuántas veces no nos damos cuenta de la belleza de lo que vemos día a día!!




17 de junio de 2020

Elevan al Procurador una queja por prohibir terraza al bar de Barrillos

   El grupo de pandereiteras Gritsanda actuando en Los veranos del BarRillos en 2017

La Nueva Crónica publica hoy, firmado por David Rubio, un artículo sobre la denegación del ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño a la instalación de mesas en el exterior al bar de Barrillos. Tendrán sus razones, pero en La Vecilla han cortado unas calles para instalar terrazas y en Boñar han acotado parte de los aparcamientos de la calle principal para que los bares puedan poner terrazas en la calle.  Siempre es bueno llegar a un acuerdo y empujar unidos por estas tierras cada vez más vaciadas.

Elevan al Procurador una queja por prohibir terraza a los bares. El Ayuntamiento deniega el permiso de instalar mesas en el exterior a un establecimiento situado en Barrillos de Curueño

El Procurador del Común ha recibido una queja presentada por parte de los propietarios de un establecimiento de hostelería en referencia a la negativa del Ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño a concederles el permiso para instalar una terraza. El caso se hace especialmente llamativo en la actualidad, cuando son prácticamente todos los ayuntamientos de España los que están dando facilidades a los hosteleros para poder instalar o ampliar las terrazas que tuvieron el verano pasado, para paliar así las pérdidas generadas por los casi tres meses que han tenido que estar cerrados al público durante la crisis generada por la pandemia del coronavirus. En concreto, la queja que ha llegado hasta el Procurador del Común hace referencia a la solicitud presentada ante el mencionado ayuntamiento de los propietarios del Bar Rillos, situado en la localidad de Barrillos de Curueño: «Nosotros le hicimos una solicitud muy sencilla al Ayuntamiento, esperando que en su respuesta nos indicasen las formas que querían que siguiésemos (todo ello sabiendo que sería un ir y venir de papeles, como los anteriores años); no obstante nos respondieron con las pautas que nos requerirían más la denegación», afirma la propietaria del establecimiento. No es el primer problema que tienen con el consistorio los responsables de este bar en el que otros veranos se realizaban conciertos, talleres culturales y diferentes iniciativas que  dinamizaban la vida de la localidad.
Por su parte, el alcalde el Santa Colomba de Curueño, el popular Basilio Martínez (que gobierna gracias al apoyo de una edil de Ciudadanos) aseguró este martes a este periódico que «el bar quiere poner la terraza al otro lado de la carretera, como la tuvo el año pasado, y eso no es posible porque consideramos que no se dan las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de los clientes, y no querría que pesara sobre mí la culpa de un posible rebrote que se originase allí, ya que además buena parte de nuestra población es de elevada edad y, por tanto, de riesgo ante esta situación», afirmó el regidor, para quien «no hay ninguna licencia de terraza en todo el municipio, porque el resto de bares y restaurantes que hay dentro de esta ayuntamiento, en La Mata de Curueño o en Barrio de Nuestra Señora, ponen las terrazas dentro de su terreno, y obviamente no tenemos ningún inconveniente en ello, pero poner la terraza al otro lado de la carretera, junto a un arroyo y sin que se pueda respetar la distancia obligatoria entre los clientes nos parece una locura».
Según el alcalde, los propietarios del Bar Rillos sí pueden colocar mesas junto a la entrada, en el reducido espacio de la acera, pero no enfrente ni junto al propio edificio, en otra calle, donde según ya fueron denunciados en su día por otros vecinos porque la terraza cortaba el paso a la libre circulación.

Anuncios Comunidades de regantes

 En el tablón de anuncios situado en la pared del Teleclub de La Mata se puede leer anuncios de las comunidades de regantes. Uno es de la comunidad de regantes "Presa grande" para realizar el pago correspondiente para tener derecho a riego.
El otro es de la comunidad de regantes "Los Escabales y Fambuena", convocando junta general ordinaria para tratar varios asuntos.

16 de junio de 2020

Hasta el cuarenta de mayo...

Arco iris sobre la iglesia de La Mata. Foto de Ana María Cuesta Bayón
Otro cuento más que hemos oído "de siempre". Ya ha pasado el cuarenta de mayo, nos acercamos al cincuenta de mayo y sigue haciendo bastante frío en La Mata, por lo que seguimos encendiendo la lumbre.

In memoriam. Begoña

Begoña en La Mata, con la iglesia al fondo. Era su foto de perfil en Facebook
Ha fallecido en Alicante después de unos años de luchar contra la enfermedad, Begoña, la esposa de Paquito, nuera de Paula y Paco, cuñada de Anita, Anunci, Pauli, Felipe, ... Asidua de las redes sociales siempre mantuvo el contacto con La Mata, donde en los años ochenta edificó un hermoso chalet en la zona de la carretera. DEP.

El Corpus en La Mata

 En La Mata de Curueño se continúa festejando el Corpus Christi, aunque cada año menos personas asisten; no se hizo altar en la calle, ni procesión, ni... Esperemos que haya sido a causa del coronavirus.
 Antiguamente, como se recoge en el libro "La Mata de Curueño. El ayer del siglo XX" se celebraba por todo lo alto:

El día del Corpus Christi tenía una importancia extraordinaria en La Mata, se celebraba por todo lo alto a los sesenta días del Domingo de Pascua. Solía hacer buen tiempo. El ganado se llevaba a pacer pronto, al ser de día. Los vecinos barrían las calles, ponían ramas de chopos por las orillas y cuando volvían los ganados, antes de misa, los pastores venían cargados con flores, carrizos, tomillo y más plantas que se extendían por las calles. En las ventanas y balcones por donde pasaba la procesión se colocaban colchas bonitas y ramas de chopo para engalanar. Se hacían cinco altares por todo el pueblo, uno estaba situado delante de la casa de la tía Delfina, en el Barrio Arriba, era un altar amarillo; otros estaban en las casas de la tía Elisa, en Los Cantarales;  de la tía Nores, en la calle Real; de la tía Melánea, en la plaza Las Nogales y en casa de Chon, en El Campillín; constaban de una mesa cubierta con un paño bueno.
Como era jueves y fiesta, la procesión se hacía después de la misa solemne y el recorrido por el pueblo era similar al que se hace ahora en la fiesta de San Martín. Bajo palio de seis varas, portadas siempre por hombres y cubierto por telas bordadas, iba el sacerdote que llevaba la Custodia del Santísimo Sacramento. Abriendo la procesión solía ir el pendón de La Mata, seguido de la cruz procesional, siempre alzada, portada por el mayordomo, los faroles y algún estandarte. La gente llevaba en un cestillo flores y pétalos que se tiraban al paso del Santísimo. Salían los niños que habían recibido su primera comunión y la procesión iba parando donde había altares. El señor cura depositaba la Custodia sobre el altar, se arrodillaba y  se rezaba "el Pange lingua o Tantum ergo" y otros cánticos.

11 de junio de 2020

In memoriam. Quini, de Pardesivil - Devesa

EL SEÑOR
D. JOAQUÍN GAGO GONZÁLEZ
Falleció en GETINO, el día 10 de JUNIO de 2020
A los 58 años de edad
  Habiendo recibido los S.S. y la B.A.

  D. E. P

 
Su esposa: Mª del Pilar Getino Getino: hijos: Sandra y Héctor Gago Getino; hijo político: Rafael; padres políticos: Amador y Emilia; hermanos: Jesús (†), Javier, Genci, José Ramón (†) y Jairo; hermanos políticos: Paqui, Dunia, Luis Ángel y Carmen; sobrinos, tíos, primos y demás familia.

 
LAS  EXEQUIAS Y MISA DE FUNERAL  tendrán lugar el día 11 DE JUNIO a las CINCO Y MEDIA DE LA TARDE en la IGLESIA PARROQUIAL de  DEVESA DE CURUEÑO (LEÓN), y seguidamente a la conducción del cadáver al cementerio de dicha localidad.

 SALA 1 – Tanatorio Camino de Santiago – Puente Villarente (León).

6 de junio de 2020

¡Viene la tormenta!

Lluvia y tormentas no nos faltan. Hoy tormenta, de nuevo.

Nuevo paseo en La Mata

 A falta de farolas y bancos, esta semana han concluido las obras de entubamiento del reguero de La Mata, con  su cementación.




5 de junio de 2020

Pescadores en el Curueño

 En la fase I del coronavirus ya se empiezan a ver pescadores en el Curueño

4 de junio de 2020

"Ojalá el río del olvido fuera el del recuerdo", por Marina Díez

Ermita de San Roque, en Sopeña

Marina Díez Fernández publica en la sección "Senderos a lo alto" de "Diario de Valderrueda" un muy interesante documento sobre Sopeña de Curueño que reproducimos a continuación:

Con la de palabras que se han escrito sobre el valle del Curueño en ficción y que pesen más en él el abandono de los historiadores, que sus páginas escritas sobre el mismo, me abruma. Cuando el Instituto Leonés de Cultura se puso en contacto conmigo para escribir sobre cultura leonesa, se encendió una bombilla en mi mente y los recuerdos de niña paseando con mi abuelo y los mayores de la zona, me hizo entender que la tradición oral, contrastada con documentación antigua, bien pueden ser valorados como cultura.
Intentaré poner orden temporal en el desorden de mis recuerdos para ayudaros a situar la historia que León pierde tangiblemente con el paso del tiempo, en concreto, la de mi pueblo: Sopeña de Curueño.
Si algo nos caracteriza a los leoneses, es el recelo a preservar nuestras “cosinas” para nosotros, como es el caso de donde se encuentran localizadas las cuevas de La Abadesa y de La Rosal, posibles enclaves prehistóricos, como las cuantiosas cuevas existentes en las montañas leonesas de Curueño, Riaño, Porma, Torío, Bernesga, Luna y Sil, en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica. Numerosos estudios nos llevan a pensar en la existencia, dentro de las mismas, de santuarios y estaciones habitadas por el hombre prehistórico. El nombre de La Abadesa, según Pedro Alba, proviene de un monasterio medieval femenino erigido en las proximidades de la misma y dedicado a San Pelayo, que posteriormente fue agregado al de Valdedios (Asturias) por Alfonso IX, al igual que otras tierras de Boñar y de La Mata de la Riba.
La gente de Sopeña las conoce por la tradición oral, nuestras familias nos han llevado durante generaciones a recorrerlas. A la cueva de La Abadesa se accede por un pequeño orificio, descendiendo unos cuatro metros en vertical, se accede a un pasillo que bien podría ser el de un hogar cualquiera, de unos quince metros de largo y seis de alto, en sus laterales hay una especie de bancos tallados en la piedra y múltiples cuevas saliendo del pasillo. Desconocemos la época de que datan los bancos, los lugareños no se ponen de acuerdo en si eran viviendas de antepasados, o si por el contrario los utilizaron durante la Guerra Civil como escondites donde guarecerse o fue cosa de Moisés el ermitaño, ya que al no haber estudios sobre estas zonas todo lo que os pueda explicar carece de rigor científico, más allá del nombre de las mismas y que es de origen kárstico con estalactitas y estalagmitas.

Dando un salto en el tiempo, la primera cita del Monasterio de Santa María de Curueño aparece en el “Becerro General de Sahagún”, que se conserva en el Archivo Histórico de la Biblioteca Nacional, un documento que dicta así:
“Año 980, abril 20.- Las monjas de San Andrés de León conmutan con el Monasterio de Sahagún una heredad que tenían en Villar, junto al Cea, por otra heredad que los monjes les entregan en Curonio, Iglesia de Santa María”.
Por lo tanto y teniendo en cuenta las guerras en la zona entre cántabros y astures, con el ejército del emperador romano Augusto, entre los años 29 y 19 a.c. y la posterior repoblación de las mismas, no podemos datar con exactitud la fundación de Sopeña de Curueño. Aún se conservan algunos vestigios de las calzadas romanas en la ribera, que ayudan a percibir por dónde se situaban los pueblos, incluso puentes, sin duda el mejor conservado es el de Nocedo de Curueño.
Posteriormente, ya en otro documento datado del año 1010, aparece: “el presbítero Bellito vende a Doña Sallo las tercias que le correspondían en la mitad de la dehesa que tenía con Fernando, situada en Sub-penna. El precio fue de tres arienzos”.
Estas son las primeras documentaciones, pertenecientes a Santa María, situada en el mismo lugar que la actual iglesia de la Natividad de Sopeña de Curueño; y a Sub-Penna, relativamente, situada en lo que hoy es la parte norte del pueblo y separada de la iglesia de Santa María por el río. Según explica Isidro González en un texto en el boletín “La Voz de Sopeña”, la llegada en aquella época de un abad (Don Miguel) y sus monjes al pueblo significó la edificación del monasterio y el cultivo de los campos aledaños. Los habitantes recién llegados hicieron sus viviendas con cantos rodados, toscamente tallados y con adobes.
En el siglo XII, el arciprestado del Curueño se componía de cuarenta y cuatro pueblos, entre ellos: Santa María de Coronio (Sopeña), Santa Marina de Bustifel y San Feliz de Coronio. En las donaciones a Santa María, dependiente del monasterio de Sahagún, además de estos pueblos, citan lugares como Caraveio de Coronio, en el valle de Cuiciello o el Castillo de San Salvador en Santa Colomba de Curueño. De San Feliz poco se conoce, se pueden ver aún algunos restos frente al pueblo de la Cándana.
En cuanto a Santa Marina de Bustifel, aunque Wenceslado Fernández Flórez escribe que es un pueblo sin localizar, la realidad es que en el valle de Ciñera, existe un pequeño valle que se llama “de Bustifel”, en su parte alta hay montones de piedra y restos del poblado. Según la tradición oral, la población murió envenenada por un amasado de pan, se dice que las campanas de su iglesia están en el pueblo de Palazuelo de la Valcueva. Según me explicaba en su día mi abuelo, en la amortización de Mendizábal, sus tierras se repartieron entre la Cándana y Sopeña.
Bajando de Santa Marina hacia Sopeña, en el camino del valle de Ciñera se encuentran restos de la Ermita de San Adriano, las tallas de los santos aún se conservan en la Cándana. En los alrededores de la ermita hay múltiples tumbas, excavadas en la tierra y tapadas por losas planas de piedra. Ya en 1892 figura como arruinada.
Llegando a la actual carretera de Sopeña está la ermita de San Roque, existen documentos que la datan entre 1760 y 1780, cuando Francisco Bayón González y sus descendientes la fundaron “al lado del camino nuevo”, en nombre del santo y en honor a Francisco el capellán de la primera capilla erigida a San Roque, dentro de la actual iglesia del pueblo. Cuando en 1787 se prohibió el enterramiento dentro de las iglesias, prohibición que se reiteró en varias ocasiones por no ser acatada, dio lugar a que en la primera mitad de 1833 se utilizara la ermita de San Roque como cementerio, mientras se terminaba de construir el primer cementerio del pueblo, en La Panera. A finales de ese mismo año, lo que dota a la misma de un aire fantasmagórico, entre las historias que de ella se cuentan y los vestidos de los niños fallecidos en el pueblo, que están colgados en su pared a modo de ofrendas, si te asomas por el ventanuco para observar cómo es por dentro, se te pone la piel de gallina.
Otra de las numerosas ermitas desaparecidas en la zona fue “La Soledad”, documentada en 1759, se encontraba en la Cuesta, de niña recuerdo ver restos de sus piedras en fila, mientras subía caminando a los pinos con otros tantos niños del pueblo. Actualmente no queda nada de ella, el deterioro de la zona los ha tapado, cerca sí podréis disfrutar de un banco de piedra, construido hace un par de años, con las mejores vistas del pueblo.

Existe un mapa en el Ministerio de Educación y Cultura, en el archivo de la Real Chancillería de Valladolid Planos y Dibujos 619, donde podemos ver a “vista de ojos” las diferentes zonas que os he ido pincelando, que fue creado con motivo de los diversos litigios que comenzaron en 1520 por los límites de Carabedo (Caraveio) y Bustifel, entre otros.
Del pueblo de Caraveio se conservan numerosos restos, según accedemos al valle de Cuiciello (Caraveio), a pocos metros a la izquierda podemos observar los restos de un posible castro celta (siete edificaciones circulares). Tanto mi padre, como generaciones anteriores dicen haber excavado y encontrado numerosas cerámicas y útiles que en su día decidieron volver a dejar tal cual las encontraron por sentir que eran de sus ancestros. Si accedemos nuevamente a los documentos del Becerro General de Sahagún, conservado en la Biblioteca Nacional 24 de noviembre de 1044, podremos leer: “Vermudo Velaz adquiere una propiedad delimitada, entre otros, por los términos de Caraveio de Curueño y los ríos Porma y Curueño”. Su desaparición, en este caso es anterior al siglo XIV, pues ya no se le cita ni como despoblado, pero es cierto que es uno de los que más vestigios conservan a simple vista. El caso es que se mezclan las fechas e historias, recuerdo a Laureano contándonos a los más jóvenes la historia de Moisés el ermitaño, que vivía en la cueva de La Abadesa, en pleno valle de Cuiciello. Todos en Sopeña tenían la vaga idea de que vivía desde siempre en el valle, en donde también desde siempre se había oído decir que había habido un pueblo, abandonado desde muy antiguo y nacido al abrigo de un monasterio de cenobitas (se ven restos de sus piedras en el valle). Laureano recordaba que, algunas tardes, Moisés los esperaba a la salida de la escuela y todos los rapaces, con la pizarra y la Enciclopedia debajo del brazo, le acompañaban hasta el plantío de la orilla del río, en donde hacían un corro sentados en el suelo para oír las narraciones e historias que les contaba. También les decía, señalando sus libros: "Aprended, si os parece, lo que os enseñan, pero sin olvidar que todo lo que ahí se dice es un legado de vuestros mayores, que han llegado hasta vosotros por medio de una cadena de conocimientos, muchos de cuyos eslabones han quedado enterrados y a vosotros os toca desenterrarlos, limpiarlos y volver a engancharlos en la cadena".

Los datos y citas recogidos en este artículo proceden de artículos publicados por varios autores en el Boletín Cultural "La voz de sopeña".

Fotografía: David Díez Cortijo