12 de abril de 2023

Santa Misión año 1933, en La Mata

En el Facebook del Ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño publican estos días una fotografía de la Santa Misión celebrada en La Mata de Curueño en el año 1933. Completamos la información con los datos recogidos en el libro tomo 2  "La Mata de Curueño. El ayer del siglo XX":

9.11. Santa Misión y Cofradía del Santi Spiritu

La Cofradía del “Santi Spiritus” del Valle del Curueño, también llamada “de los doce Apóstoles”, fue fundada en el año 1621, con sede en Santa Colomba de Curueño, por D. Pedro Robles, cura rector de dicha parroquia. Era exclusiva de clérigos y estaba formada por los curas párrocos, ecónomos y clérigos residentes en los diez lugares del Valle de Curueño. Según las disposiciones fundacionales, el número de cofrades no debía sobrepasar los doce y sus fines eran el bien espiritual de los hermanos y la ayuda en el orden material, así como el bien de las ánimas del purgatorio a través de los sufragios de las mismas.
    Tenía como sede el altar del Bendito Cristo de la iglesia de Santa Colomba y en el acta fundacional ya se permitía el derecho de ser hermano a un familiar seglar del fundador, el que él designase, para que gozase de los bienes de los aniversarios a condición de que se encargase de llevar los ornamentos y ayudar en las misas que se celebrasen. El día de la entrada de un nuevo hermano, decía una misa mayor de Espíritu Santo con asistencia de los hermanos cofrades con sobrepellices y bonete. Por la entrada de hermano había que pagar 1000 maravedíes, una vela de a cuarterón a cada hermano, que permanecía encendida durante la celebración, así como la comida y colación a los hermanos.
   La base económica de la Cofradía eclesiástica del Valle de Curueño era las fundaciones de aniversario de misas sobre fincas que llevan  la carga de esas misas. Los bienes de la cofradía fueron en aumento, tanto en fincas como en censos, y en 1780 se obtiene del señor Obispo permiso para dotar dos capellanías colativas residenciales con hijos del Valle de Curueño, como auxiliares de la cofradía, pues el número de fundaciones de aniversarios aumentaron considerablemente. Se daba al capellán 1300 reales anuales y también servía en las parroquias vacantes. Tal fue el caso de D. Pedro de la Iglesia, presbítero natural de Pardesivil, que estuvo de capellán de la cofradía de 1834 a 1883 y fue cura de La Mata de 1873 a 1879.
    La capellanía fue absorbiendo a la cofradía y en 1799 solo eran tres hermanos. En 1780 el capellán tenía que aplicar 118 misas rezadas y 32 cantadas cada año. En el siglo XIX va disminuyendo el potencial económico de las fundaciones piadosas con las nuevas leyes y el número de misas va disminuyendo. En 1883, año de la muerte del último capellán, son 66 misas comunes y 22 cantadas y a comienzos del siglo XX solo hay un encargado de la administración y de aplicar las misas de aniversarios.
    En marzo de 1922, los párrocos de los diez lugares del Valle de Curueño, promovidos por D. Teodoro González Robles, cura de La Mata, elevan una petición al Obispo para que se restablezca la Cofradía del Santi Spíritus del Valle de Curueño y se elaboran nuevos estatutos basados en la primitiva regla, se fija la fiesta del titular de la cofradía el jueves de la infraoctava de Pentecostés y en 1926 se venden las fincas rústicas de la cofradía por 33.435 pesetas, que se invirtieron en títulos de deuda perpetua a un interés del 4%. Con los intereses de dichos títulos se acordó que se diesen misiones anuales, predicadas por dos padres misioneros, en cada una de las parroquias del valle, siguiendo un turno rotatorio. En 1926 se destinaron a dicho fin, 300 pesetas. Las misiones anuales se interrumpieron durante la guerra civil. En 1936 se celebró en Pardesivil. En 1941 se reanudaron y se celebraron en La Cándana y a partir de 1943, al disminuir los recursos económicos, se acordó celebrarlas cada dos años, y después cada tres años. En los años cincuenta cesaron las misiones a cuenta de los fondos de los intereses de la Cofradía del Sancti Spíritus.
    A la vez que las misiones, seguían aplicándose las misas correspondientes a fundadores de aniversarios encargados a la cofradía. En 1926, dichas misas eran de 128, entre rezadas y cantadas, mientras que en 1975 fueron 40 rezadas, que aplicaban D. Cayetano González, cura de Santa Colomba y D. Germiniano García, cura de Barrillos. La cofradía perduró hasta la jubilación de D. Cayetano. 
   Por tanto, era costumbre que el párroco, con la ayuda de predicadores pertenecientes a congregaciones religiosas que iban de pueblo en pueblo, organizasen  algún año una reunión de los feligreses donde, durante dos o tres días, había una dedicación especial a la vida cristiana con la asistencia masiva a varios sermones sobre el Evangelio y con prácticas religiosas, con el fin de promover y acentuar la religiosidad de la gente. 
    Hay constancia de que en La Mata se celebró la Santa Misión o Misiones en marzo de 1933, en febrero de 1947  y en mayo de 1965. Uno de estos hechos ocurrió en nuestro pueblo durante el tiempo de cuaresma del año 1933. Una cruz de madera colocada en una pared del atrio del templo parroquial testimonia desde entonces tal circunstancia; en la misma se lee la siguiente leyenda: Recuerdo de la Santa Misión. Padres Capuchinos. 26-3-1933. También aparece la fecha de 29-5-1965, ya que durante unos días de ese año se repitió esta práctica religiosa. Además, en alguna casa se conservan estampas como recordatorio de las mismas, entre ellas de la Santa misión predicada por los padres capuchinos Justo de Villares y Policarpo de Barajores, que se celebró en La Mata del 17 al 23 de febrero de 1947.


    Valiosa, por tanto, es la fotografía de la portada de este libro, que recuerda aquel acto de 1933. Al parecer está tomada en las eras de Gregorio Fernández y de Petronila Fernández, que lindaban con la carretera y a las que se llegaba desde el pueblo por La Callejina, la cual salía desde el inicio del Camino de La Moral. También participaron feligreses de Santa Colomba y de Pardesivil. Así se ve, en la parte izquierda de la fotografía a un grupo de niños y adultos pertenecientes a Santa Colomba y otro grupo de niños de Pardesivil hacia la parte central, mientras que un buen grupo de niños de La Mata están agrupados en la parte derecha, alrededor de la imagen del Niño Jesús de Praga colocado en sus andas. 
 Con la ayuda de Mª Ángeles Fernández López que tenía entonces ocho años, se puede identificar a algunas de las cerca de doscientas personas que “posaron” hace tantos años:
 En la primera fila de abajo, y de izquierda a derecha, algunos reconocidos son: Eduardo García; Imelda Fernández; Sagrario, esposa de Patricio; Pascuala, hermana de Alberta (de Pardesivil); los niños Celestina Bayón, Patricio Bayón, Francisco Díez (Quico) o Eladino; y  Amelia de Pardesivil.
 En la segunda fila: D. Cayetano, D. Eulogio y D. Teodoro, párrocos, respectivamente, de Sta. Colomba, de Pardesivil y de La Mata y un padre capuchino predicador; Amancio Fernández y Román Fernández (con jarra y cazo); Eufemiano Díez con su hermano Marcelino en brazos; Paula y Julia Bayón; Eliseo Álvarez, nieto del tío Faustino y Ángel García, con las andas y  Mª Ángeles Fernández (con vestido blanco).
 En la tercera fila: niños de Sta. Colomba; Dominica Bayón, (detrás de D. Teodoro); Marucha Bayón, hija del tío León, Andrea Bayón; Pura,  varias mujeres con mandil y entre ellas, Chonita García, Consuelo Fernández,  Amalia Muñiz, Honorina García, Nila Fernández y Mª Luisa Cuesta. Delante, Felisa con una niña en brazos y Andrea Bayón; Luis Fernández y Pedro Orejas, con las andas; Nieves Castro, Ovidia Castro, Tomasa Castro, con un niño en brazos y D. Braulio, párroco de Sopeña.
  En la cuarta y quinta filas, niños de Santa Colomba y un amplio grupo de niños de Pardesivil y La Mata, reconociendo al final de la fila a Adolfo Fernández, al lado del padre predicador.
 En la última fila,  mujeres y hombres de La Mata en su mayoría: Juana Fernández, Elena Robles, Florinda Álvarez, Asunción o Luz, María Bayón, Cecilia Robles, Marucha de Pardesivil, Elisa Getino, Eloy, que era tambolirero, Fabriciano Cuesta, Amable el sastre, Víctor García, Juan Robles (con gorra), Filomena Castro, Pepa García (con el estandarte), Emilia Bayón y Máxima, nieta del tío Faustino (vestidas de primera comunión), Modesta Álvarez, Aníbal Fernández, Mª Andrea Fernández, Teresa Robles, Delfina, madre de Marcelino, Otilia y Adela Bayón y Melánea Bayón.

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