11 de marzo de 2008

EN LA MATA SE "PELEÓ" POR EL AGUA CUANDO EL TRASVASE...

En el número 89, correspondiente a la Primavera de 2003, se publicó en la revista "La Mata de Curueño, un pueblo que nos une" un artículo recordando los 50 años del trasvase del Curueño al Pantano del Porma y como nuestros antepasados se habían opuesto:


EN LA MATA SE "PELEÓ" POR EL AGUA CUANDO EL TRASVASE...
Hace 50 años, el 26 de marzo de 1953, el Boletín Oficial del Estado, número 85, publicaba el proyecto sobre obras en el Pantano de Vegamián, del Porma, en el que se anunciaba públicamente el trasvase de parte del agua del río Curueño al citado pantano mediante un túnel a la altura de Tolibia de Abajo. Se pretendía regular las abundantes aguas del río y ser aprovechadas para la construcción de una minicentral eléctrica y para ampliar los regadíos en las riberas de los ríos Porma y Esla. Sea este un breve testimonio de aquel suceso.
En la actualidad existe cierta preocupación nacional por las circunstancias del denominado Plan Hidrológico Nacional que, entre otras obras, proyecta trasvasar aguas del río Ebro a diversas zonas de Cataluña, de la Comunidad Valenciana y de Murcia, entre otras.
Nuestro pueblo de La Mata también pasó por un trance parecido. Es interesante conocer que se vivió la preocupación por los efectos negativos que sobre el consumo y el riego podría ocasionar la disminución del caudal del río por el trasvase citado.
Conocida la propuesta e informado el pueblo mediante alguno de los Concejos que se celebraban, la Junta Vecinal presentó un escrito de protesta por medio de su presidente, entonces D. Víctor García Llamera, firmado el 23 de abril y dirigido al Sr. Ingeniero Jefe de la Confederación Hidrográfica del Duero.
En tres puntos se expusieron los motivos de la queja que los vecinos del pueblo tenían en contra de la realización del trasvase y que se resumen a continuación:
En primer lugar, que el pueblo vivía exclusivamente del campo, existiendo tomas de agua del río por medio de diversas presas y que la cantidad de heminas regadas eran de mil quinientas.
Como segunda circunstancia a considerar es que no solo se utilizaba el agua para el riego, sino para el consumo ordinario de las personas y de los animales, dado el número importante de pozos en las casas y de fuentes en el término del pueblo y de sus vegas.
Finalmente, se insistía en la necesidad del total aprovechamiento de toda la zona cultivable del término del pueblo y el probable deterioro si se cortaba el suministro constante del agua.
Terminaba el escrito diciendo: “Si la finalidad del pantano del Porma es el de utilizar las aguas para el riego, no es lógico suprimir unos riegos para aumentar otros, máximo cuando la calidad del terreno de estos es inmejorable. Este vecindario que me honro en presidir está convencido de que el trasiego de aguas no obedece a móviles o razones de riego, sino que en el fondo lo motiva el interés de una poderosísima empresa para fines exclusivamente de ella; y, si esto fuera así, lo que sería de lamentar, esperamos del recto y elevado crietrio que preside sus actos que, teniendo en cuenta los intereses creados de estos pueblos, deje sin efecto la proyectada desviación de aguas, cosa esta que va en contra de todo principio jurídico. Y resuelva en el sentido de que caso de ser necesarias las mismas para fines industriales, se aprovechen dentro del propio curso natural del río...”.
Se construyó el túnel, el cual estuvo inutilizado durante años por hundimientos y su mal estado, hasta que nuevas obras lo han mejorado. Con la sequía de los últimos años, apenas si se debiera regular las aguas del Curueño, conforme a los requisitos que se establecieron, aunque, regularmente, se trasvasa cierta cantidad de agua. No se ha construído la minicentral y, en la actualidad, el agua que abastece la capital se toma en unos depósitos construídos en Candanedo de Boñar, por lo que agua de nuestro río se bebe en la ciudad de León.

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