Homenaje 2024 - La Mata
HOMENAJE 2024
Una vez más y ya son muchos los años que nos reunimos el día
de la fiesta del pueblo para presentar sentimientos de gozo y gratitud por los
ochenta años de vida. Aquí en La Mata nacieron en 1944 una niña: Pilar
Fernández García y dos niños: Plácido Fernández García y Lisardo Cuesta Bayón
fallecido hace diecisiete años. En esta ocasión también celebramos el
nacimiento de dos cónyuges de matenses: Elia Inés Díez Álvarez y María Teresa
Valladares Bayón.
Plácido nació el día quince de enero. Junto a sus padres: Román y María Asunción y sus hermanos: Marisa y Mariasun, formaron una familia de labradores en la plaza del Campillín, a la entrada del pueblo.
Conoció sus primeras letras, números y demás aprendizajes en la escuela y las primeras ayudas en el trabajo familiar hasta los diez años en el que fue al aspirantado de los operarios diocesanos en Salamanca. A los veintitrés años fue ordenado sacerdote y cantó su primera misa en el pueblo el 22 de septiembre de 1968, manteniendo la tradición de ser llevado a hombros por lo mozos bajo palio de ramas de arboles hasta la iglesia.
Plácido como sacerdote operario diocesano dedicó su vida a la formación de jóvenes, fueran seminaristas o no. Así recorrió muchos centros en España y en Sudamérica como Argentina, México o Perú. Pero ha sido el seminario de Zaragoza donde ha estado más tiempo y donde ha desarrollado su servicio pastoral y educativo. También los vecinos del pueblo le han conocido durante los veranos como fiel depositario y trasmisor de sus esencias.
Con el vecino y sacerdote Fernando Sierra Álvarez fundó el
boletín de “La Mata de Curueño, un pueblo que nos une”. Con su carácter tímido
y exigente hasta la puntualidad ha sido un excelente alpinista por las cumbres
de los Pirineos, animando también a recorrer las rutas de las dos lomas del
pueblo.
A nuestro vecino Plácido se le debe recordar como un
trabajador incansable y exigente promoviendo la formación de muchas personas
que han recibido la entrega de sus valores humanos
Inés nació el 22 de enero en la localidad próxima de Ranedo de Curueño y fue
la sexta de los ocho hijos de la familia formada por Eloy y Anastasia, familia
de labradores feliz, pero con muchas necesidades.
A los 12 años la maestra del pueblo viendo que era una niña responsable y trabajadora convenció a sus padres para que fuera a estudiar Bachillerato a las Teresianas de Leon. Tanto estos estudios como los de magisterio los pudo realizar gracias a las becas ya que su familia era humilde y no se podía permitir estos gastos. Todos los veranos volvía al pueblo para mantener contacto directo con la familia y ayudar en las tareas del hogar y del campo. Una vez terminados los estudios la destinaron a Barcelona. Allí fue muy valorada ya que la enseñanza era muy apreciada y había mucha necesidad de maestros.
En agosto de 1970 se casó con Ángel Fernández de La Mata de
Curueño, trasladándose a vivir a Alcalá de Henares. En octubre de ese mismo año
comenzó a ejercer de maestra en el colegio de las Escolapias de la misma
localidad. Los primeros años no fueron fáciles porque había hasta cuarenta y
dos niños de infantil y primaria en cada aula: así desarrolló su vocación de
maestra durante treinta y nueve años, compaginando los últimos quince con la
jefatura de estudios de esos niveles educativos.
En Alcalá también nacieron y se criaron sus hijos Raquel y Gonzalo los cuales formaron sus propias familias, que le han dado cuatro nietos: Adam, Noa, Eric y Gael. Ya jubilada ha colaborado durante mas de diez años en Caritas Parroquial ayudando a repartir ropa y alimentos a inmigrantes y necesitados.
Para Inés su vida entre Alcalá y La Mata discurre con la
satisfacción de haber educado eficazmente y con mucho cariño a muchas generaciones
de niños que pasaron por sus aulas.
Mari Tere, nacida el 1 de junio en Devesa de Curueño, es hija de Miguel Llamazares y de Ester Bayón, como la mayor de cuatro hermanos. Cursó los estudios de primaria en la escuela de Barrio de Nuestra Señora.
A los catorce años se mudó a San Sebastián con su tía
Palmira, para trabajar en una pastelería situada en el puerto y así ayudar económicamente.
A su vez, ya estaba de novia con Ruperto Rodríguez, de La Mata, hijo de Ruperto
y Nieves. Más tarde fue requerida por su padre Miguel, para trabajar en la
centralita telefónica que pusieron en la localidad de Barrio de Nuestra Señora.
El 4 de enero de 1966 contrajo matrimonio con Ruperto y al año siguiente se
trasladaron a vivir a La Cabrera, localidad de la provincia de Madrid, con su
primogénito José Miguel. Allí establecieron su morada y su familia al tener
tres hijos más: Maite, Coral y Noelia.
Mari Tere trabajó duramente en el negocio familiar de muebles, asistiendo a clases particulares mientras atendía y cuidaba a su familia. Siempre que puede pasa largas temporadas en La Mata, pueblo que siente como suyo propio y en el que ha sido siempre muy bien recibida y querida más aún desde el año dos mil, cuando con Ruperto compraron casa en la plaza, recinto donde se celebra anualmente durante las fiestas el encuentro de vecinos y allegados, como Corral de las Sopejas. Sus cuatro nietas Ester, Raquel, Ruth y Lucia saben bien de los desvelos de la abuela para con ellas como con todo el mundo.
Pilar nació el 30 de noviembre en la familia formada por Isidora y Eliseo, labradores en La Mata de Curueño, siendo la sexta de los nueve hijos. Como circunstancia especial hay que reseñar que fue bautizada al nacer con agua bendita en un pie, por el bautismo de socorro ante el peligro de su fallecimiento, así lo certificó el párroco Don Teodoro en el libro de Bautismo.
A los dos años la llevaron a La Vecilla con sus tíos María
Andrea y Arsenio, medico, donde creció, fue muy pronto a la escuela y al internado de las Teresianas en León, para hacer el bachillerato. Luego estudió la carrera
de Filosofía en la Universidad de Salamanca, ciudad donde ejerció sus primeros
cursos de enseñanza como profesora. Al enviudar su tía María Andrea, Pilar vino
a Leon donde se casó el 16 de agosto de 1971 en la Basílica de San Isidoro con
Miguel Fuertes formando su propia familia con sus tres hijos Miguel, Leticia y
Pablo, y los cinco nietos: Leo, Noe, Vera, Iker y Carla, con la cercanía de
Mari Fe.
Pilar dedicó su vida profesional como profesora de filosofía
en varios institutos de enseñanza de Leon. Siempre ha sido muy querida por
alumnos y padres en los treinta y ocho años de docencia donde destacó su
actitud ejemplar para la tutoría y la comprensión en el desarrollo integral de
las personas. Cuantos han estado a su lado han participado de su empeño en
lograr una convivencia digna, respetuosa y sensata.
Al jubilarse junto a su marido han vivido más de quince años
en la casa familiar construida en 1911 por los abuelos Plácido y María Antonia
en el barrio de arriba, en la calle al inicio de la Rodera, disfrutando de la
vida tranquila del pueblo, como se dice, y colaborando intensamente en las
diversas actividades que se han promovido.
Plácido, Elia Inés, Mari Tere y Pilar compartimos con vosotros la satisfacción de vuestras largas vidas salud y bienestar para todos los presentes.
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