Ingenio contra la velocidad en La Mata de Curueño
Los vecinos colocan un radar falso para que los conductores reduzcan la marcha
Como los problemas de cobertura, de abastecimiento de agua y de atención en los consultorios médicos, en de la velocidad de los coches es otro de los que se repite cada verano en los pueblos de toda la provincia. Durante el resto del año, al haber menos población en el medio rural, algunos de estos problemas quedan en el olvido, como tantos y tantos otros, pero con mayor cantidad de veraneantes, con mayor cantidad de niños jugando por las calles, los peligros se multiplican.
La velocidad a la que pasan algunos vehículos por los tramos urbanos de las carreteras provinciales se convierte en una de esas cuestiones que no es suficiente con advertir las veces que sean necesarias, puesto que en caso de que finalmente se produzca un accidente resultará tan trágico que no habrá lamentos posibles. Es el caso de La Mata de Curueño, un pueblo que pertenece al Ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño y en el que, desde hace décadas, hay una intensa vida vecinal y colaborativa. Quizá sea ese uno de los motivos por los que los vecinos de esta localidad de la ribera del Curueño, situada a medio camino entre Barrio de Nuestra Señora y La Vecilla, han pasado a la acción para llamar la atención de los conductores que pasan a gran velocidad por el tramo urbano de la carretera provincial LE-321, de la que es titular la Junta de Castilla y León, y también de las autoridades pertinentes, con las que han tratado de ponerse en contacto, de momento inútilmente.
Sin otros medios para que los coches pasen más despacio, y con la intención de evitar accidentes, los vecinos han colocado junto a la carretera un singular radar, hecho con latas y palos, que visto de cerca resulta evidente que no es real pero que, desde la distancia, y sobre todo a gran velocidad, siembra la duda en los conductores, que reducen la marcha al pasar por este tramo en el que se encuentra el restaurante Las Colineras.
De este modo, gracias a su ingenio, los vecinos de La Mata de Curueño logran solucionar, aunque sea de forma provisional, uno de los mayores problemas que tienen, aunque para el otro no hay nada que esté en su mano más allá de seguir reclamando y reclamando a las autoridades y a las compañías de telecomunicaciones: la mala cobertura que hay en la zona de casi todos los operadores de telefonía móvil, resultando casi un milagro poder conectarse a internet. Los millones que vienen de Europa para paliar la pandemia del Covid deben tener en cuenta estas ya casi históricas reclamaciones de la España vacía, si es que a nuestros dirigentes les importa tanto como dicen. Fuente: La Nueva Crónica
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