21 de marzo de 2023

Ganadería en La Mata. Referencias históricas

 

Vacas en las calles de La Mata de Curueño, año 1971

6.- Ganadería tradicional

La ganadería fue, junto con la agricultura, una actividad fundamental para la economía de las familias de La Mata de Curueño. A principios del siglo XX había pocas vacas, pues no había lecheros y la leche no se vendía.

Agricultura y ganadería estaban íntimamente unidas, de manera que muchas de las labores agrícolas buscaban asegurar el alimento de los animales domésticos durante el invierno.

La ganadería tenía varios fines: asegurar el alimento cárnico de la familia durante todo el año; obtener  productos derivados, como lana, leche o  huevos;  como fuente de fuerza, para tirar del carro; para desplazarse o para la venta de los animales y de los productos que se obtenían.

6.1. Referencias históricas

Las prácticas ganaderas han sido habituales en el territorio de La Mata de Curueño desde hace muchos siglos. En el Catastro del Marqués de la Ensenada, en 1752, se cita que había bueyes, vacas, terneros, yeguas, ovejas, corderos, carneros, cabras, machos de cabrío, cerdos, cerdas y un pollino.

Y en 1885 se declararon  11 cabezas de ganado caballar, 23 asnos, 90 de vacuno y 800 cabezas de ganado lanar y cabrío, así como 60 colmenas y 3 palomares. Las ovejas tenían un valor de 16 reales cada una; los carneros 28 reales; los castrones, 33 reales; las cabras, 22 reales; los bueyes y las vacas de labranza, 330 reales y  las vacas de cría, 150 reales

Existía una estrecha relación entre la ganadería y los pastizales del monte y su hoja y las praderas comunales. Los rebaños del pueblo se encerraban en los "corrales del monte" o "bardales" y nuestros mayores recuerdan aún la Casa del Monte, que se encontraba en el valle de Roseco, pero que ya no era operativa en el siglo XX, debido a un retraimiento en la utilización de los bienes comunales del monte, pues el pastoreo libre con escasa alimentación, producía unos rendimientos muy bajos de recrío, producción de carne y lana y con defensas mínimas contra las epidemias endémicas, que causaban fuerte mortandad, así como las pérdidas ocasionadas por los animales depredadores, como el lobo.

Del libro "La Mata de Curueño. El ayer del siglo XX"

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