18 de febrero de 2013

Simbolos de La Mata

En el número 128 de la revista trimestral "La Mata de Curueño, un pueblo que nos une", Miguel Fuertes González escribe sobre los símbolos y patrimonio de La Mata:

Durante todos estos años, nuestro Boletín ha dedicado diversas páginas,  en diferentes ocasiones, a facilitar el conocimiento de algunos símbolos y elementos que constituyen la identidad local y la riqueza patrimonial de la localidad de La Mata de Curueño y su entorno territorial.
   Parece oportuno ofrecer, conjuntamente, un inventario de todas esas propiedades que, de alguna que otra manera, nos pertenecen como vecindad y que, a lo largo de los siglos y, particularmente en los últimos años, forman la heredad de los vecinos que debe ser valorada y protegida.
    En los próximos números de nuestra revista se ofrecerá, con un breve comentario y alguna fotografía, en su caso, una visión particularizada del amplio y variado legado de esas “alhajas” del pueblo, como llamaban a alguna de las riquezas del común de la vecindad.
   A continuación, expresamos la relación de los distintivos que,  como símbolos, ennoblecen al pueblo,  así como los bienes de diferente carácter que constituyen un patrimonio privilegiado. La Mata de Curueño

SÍMBOLOS
Los símbolos que dan personalidad a La Mata de Curueño son los siguientes:
   El Pendón, detentado desde tiempo inmemorial y que representa al Concejo del pueblo.
   La Bandera y el Escudo, promovidos por Fernando Sierra Álvarez durante la década de los años ochenta del siglo pasado, que recogen colores y distintivos de la situación toponímica y característica de la localidad.
    Los Himnos en honor del Pueblo y del patrono parroquial S. Martín de Tours, compuestos por el citado Fernando, publicados en nuestro Boletín, el primero en el número 13 de abril de 1982  y el segundo en el número 43 del verano de 1990.
 
PATRIMONIO
  El patrimonio que señala la riqueza del pueblo en los aspectos Cultural, Histórico, Artístico, Natural y de Bienes catastrales es:
  Los valores con un carácter cultural están formados por:
   La Celebración Festiva por parte de vecinos y forasteros, conocida como “la Velada del Corral de las Sopejas”  que inicia, de forma oficial y peculiar, las Fiestas de Agosto en honor de S. Martín.
    El Corro de Lucha Leonesa, los Aluches, que el pueblo organiza desde hace más de setenta años y que contribuye de forma admirable al mantenimiento de esta actividad autóctona.
    El Juego de Bolos, del tipo leonés, que reunía a los vecinos los domingos y festivos por la tarde y que se mantiene ahora durante el verano.
    El Grupo de Baile “Los Cantarales”, organizado ya en el verano de 1977 con el fin de amenizar las fiestas del pueblo, mantener viva la tradición del traje regional y favorecer que niños, adolescentes y jóvenes conozcan y participen en alguno de los bailes regionales. 
    La elaboración desde 1979 del Boletín “La Mata de Curueño, un pueblo que nos une”, aprobada su publicación en la reunión de la Comisión de Fiestas del verano de 1978, fundado por Fernando Sierra Álvarez y Plácido Fernández García.
    Pueden tener la importante condición de patrimonio histórico:
    La Casa de Cultura, preparada recientemente en el edificio de la Escuela antigua para disponer, entre otros, de una Emisora de radio -Radio Curueño, FM 106.9-, un Museo etnográfico con objetos, utensilios y fotografías, una Biblioteca.
  El edificio es, al mismo tiempo, el domicilio social de  la Asociación que edita el Boletín ya citado.
    Dos o tres Casas de las más antiguas, cuyas paredes muestran aún su peculariedad y que acogieron a familias de mayor raigambre en el pueblo.
     El Teleclub o Casa del Concejo, sobre la que fue Casa del maestro y Escuela nueva, dispuesta como sede y almacén de la Junta Vecinal, sala de reunión de la vecindad y lugar de celebración de talleres culturales, .
    Los Hornos de barro, dentro o fuera de una cocina propia, para hacer el pan y otros productos, los cuales aún permanecen como recuerdos de la laboriosidad familiar.
    Las ruinas de El Castillo o atalaya que la tradición oral coloca en una loma próxima a la localidad sobre el río Curueño.
    Los restos de un Torreón en medio del pueblo utilizado, probablemente, para la vigilancia de los campos y que forma ahora parte de una vivienda familiar.
  El Cantón o Cruz de las Secadas compuesto por una piedra de gran tamaño con cruz tallada que fue mojón indicativo de separación de términos locaes..
    El Potro de hierro para el servicio común de herrar el ganado y el Cargadero, ya derruido, para facilitar su traslado.
    La Caseta, en la carretera, como reducida edificación para cobijarse en las esperas del “coche de línea” y lugar, después, de encuentros de adolescentes y jóvenes.
    Alejada del pueblo, La Fábrica de Luz, muestra de un loable esfuerzo industrial a principios del siglo pasado y que hoy es vivienda de una numerosa familia oriunda del pueblo.
    Allá, en el límite territorial, La Ermita de S. Tirso. S. Blas y S. Nicolás, hijuela perpetua de la parroquia de La Mata de Curueño, recientemente restaurada y abierta al culto.La Mata de Curueño

   Las ruinas de La Ermita de Sta. Elena, apenas ya visibles, al inicio del valle de Roseco.
    El patrimonio Artístico que dispone el pueblo se encuentra, desde hace más doce años, en un Museo litúrgico que ocupa una de las capillas del templo parroquial, en el cual se guardan objetos, ornamentos y vestimentas utilizados actual y antiguamente en el culto religioso.
    El Edificio de la iglesia parroquial, datado de 1714, tiene como tesoros las tallas de un Crucifijo  y otra de S. Martín, la Cruz parroquial y los respectivos Faroles procesionales, un policromado mueble Confesionario y la diminuta reliquia del patrón San Martín de Tours.
   La Naturaleza privilegiada del Valle del Curueño constituye en La Mata el patrimonio siguiente:
    El tramo del Río Curueño que le corresponde conociéndose sus zonas como Soto, Entrerríos, Sotín y Sotillo.
    La Ribera del entorno dividida en las demarcaciones anterior y posterior al casco urbano y conocidas como el Vago y la Vega, despensas fértiles para las familias y ahora prados de hierba para el ganado o choperas para madera.
    El Monte formado a un lado y otro del río y la ribera denominados, respectivamente, como Monte de Perales y sus agregados y Monte de Las Solanas o Monte Gómez.
    Los cuatro Manantiales de las tres fuentes de las plazas que proporcionan la riqueza del agua llamados El Cubilón, La Llamosa, Moncabrón y el Mayoralgo.
      Las Truchas que fueron hasta hace unos años el habitual pescado fresco de la mayoría de las familias y de invitados.
     Los Plantíos de chopos que sustituyen a las siembras de antes y que son riqueza para el futuro.
    Las Viñas en la ladera soleada, ahora abandonadas, depositarias entonces del vigor y la alegría de vecinos y de sus invitados.
    Los Pozos de Baño conocidos como La Olla, El Pozo de los Curas y El Pozo de los Asturianos, donde generaciones han disfrutado en sus  horas de ocio.
    El antiguo Camino de León que, a través del monte, llevaba a personas y a carros hacia la capital para la venta de sus productos cosechados y la compra de otros para la vida cotidiana.
    Se consideran, asimismo, como Bienes de la Entidad Local los referidos al Servicio Público como son:
     Las cuatro Traídas de Agua de captación de La Llamosa, del Mayoralgo, de Moncabrón y del Cubilón; 
    Las Obras de cemento de acequias y pontonas del casco urbano:
    Las dos fincas urbanas que son la  Casa-escuela y la Casa-vivienda del maestro (Teleclub).
    Como Bienes Propios:
   El Puente llamado de Los Escabales y un Solar en el lugar conocido como El Campo.
    Como Bienes Comunales:
     Las nueve Fincas rústicas denominadas del Monte de Perales y sus agregados, el Terreno mancomunado con Sta. Colomba de Curueño, el Monte Las Solanas (Monte Gómez), los pastizales de El Soto, Los Valsales, El Sotillo y el Cascajal de Entre los Ríos   y  las cuatro Masas Comunales, resultado de la concentración de fincas, de El Soto, La Parra, La Pradera y Valdefuentes.

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