Paisanos en La Mata

El programa del canal 8 de  la Televisión de Castilla y León pasó por La Mata e hizo protagonista a Vely.

San Isidro 2012

Aunque quedan pocos agricultores en el pueblo, como es tradición, La Mata celebró San Isidro el sábado 19 de mayo, con misa, procesión y bendición de campos.

Después nos reunimos en el Arca de Jumavi, invitados por la Junta vecinal, a degustar un sabroso ágape compuesto por entrantes frios, patatas con pescado y marisco, cordero, postres variados, café, chupitos y puro. 

El sueño de Akala

El matense Francisco Panera, hijo de Donato y Mari Carmen, ha publicado la novela El sueño de Akala, que se presenta el miercoles 16 de mayo, a las 19,30 horas, en el Centro Civico de Basozelai, en Basauri. ¡Enhorabuena Francisco!

Web oficial El sueño de Akala  http://elsuenodeakala.com/

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El sueño de Akala, Francisco Panera: Miles de personas entran y salen todos los días de Bilbao a través del túnel de Malmasín. Pocas sospechan que sobre sus cabezas, en la cima de ese monte situado entre Arrigorriaga y Basauri, se hallan los restos de un poblado fortificado de la Edad de Hierro, el período inmediatamente anterior a la época romana. Francisco Panera se ha inspirado en esos restos para escribir El sueño de Akala, una novela en la que caristios y autrigones, dos de los pueblos que, como várdulos, berones o vascones, habitaron hace 2.000 años lo que hoy es territorio vasco, mantienen un pleito secular por el control de una posición estratégica en torno a un río que bien pudiera ser el Nervión. Los romanos deciden intervenir en la disputa y lo hacen como juez y parte. En ese marco se desenvuelven los personajes de esta novela, muchos y variados, desde un chico capaz de vislumbrar el futuro, a una anciana marginada por los suyos acusada de hechicería, pasando por una mujer que acaba de enviudar en extrañas circunstancias o un veterano tribuno romano cuya convicción en las bondades del Imperio está a punto de resquebrajarse. El sueño de Akala es ante todo una trepidante novela de aventuras, repleta de lances y giros inesperados. Pero, como toda buena novela, no renuncia a abordar cuestiones fundamentales, como el amor, la ambición, la lealtad o la libertad.

Desde La Mata

Mª Jesús Alvarez en el nº 125 de la revistra trimestral "La Mata de Curueño, un pueblo que nos une" nos narra el devenir de los meses de enero, febrero y marzo en La Mata y el bajo Curueño:

DESDE LA MATA  - Mª Jesús Álvarez Castañón

   Parece mentira, pero en todos estos años que llevo dando noticias Desde La Mata, nunca me ha pasado que pueda decir que no hemos visto ni una pizca de nieve en las casas, en las calles, en los prados y en el monte como ha ocurrido durante este invierno pasado y los días de primavera que llevamos.

    Eso, unido a que apenas si ha caído una gota de agua de lluvia, hace que todo esté requetesequísimo, que da mucha pena verlo todo casi sin vida.

    El río ha empalmado el llevar poca agua como hace durante el verano a tener un poco más en estos meses, pero nada comparado como debiera venir el cauce.

     Además, en marzo abrieron el trasvase del Curueño para el pantano de Vergamián en el río Porma, que está cerca de Tolibia de Abajo, y así viene todavía menos agua para nosotros.

    Como se cumpla al revés el refrán sobre año de nieves vamos a tener muy pocos bienes este año, lo que se unirá a la crisis económica para fastidiarlo más.

   Durante el mes de enero tuvimos frío, mucho frío, con heladas casi todos los días, algunos con niebla espesa hasta el suelo y otros con sol, porque nublado el tiempo casi nunca estuvo. Muchas mañanas, los árboles aparecían con escarcha que les debe hacer daño por lo helado que está todo.

    Un año más no se tuvo suerte con la lotería de navidad que la Comisión de Fiestas vende para sacar algún dinero más para el verano.

    Se fueron quienes pasaron algún día de las fiestas en sus casas del pueblo, así que continua la vida normal de los que nos pasamos la vida aquí. Quitaron el nacimiento que se preparó en la iglesia y también los adornos de algunas casas que se habían colocado para festejar las fiestas navideñas.

    El día 5 hubo en Sta. Colomba cabalgata de reyes para los niños del Ayuntamiento con regalos y caramelos que siempre es bueno mantener esa ilusión; lo mismo que los aguinaldos de antes que los padrinos daban a sus ahijados y que siempre se recuerda con gusto.

    Los atardeceres siguen siendo muy fríos. Hay capas de hielo que no se marchan en los regueros del monte, en las canales de las Secadas y del Caballo, en la presa de las Fuentes que pasa por medio del pueblo. Ocurre, además, que el ganado caballar y vacuno que está en los prados no tiene agua para beber y tienen que pasarlo muy mal.

    Ya dije que la misa un mes la dicen los sábados y otro los domingos, así está uno más enterado. Algunas veces viene D. Manuel que vive en La Cándana y desciende de ahí, por lo que conoce a las personas mayores. Un día al mes no hay misa y una mujer que viene, lee las oraciones y da la comunión.

    Aunque es la temporada de quemar rastrojos y de ir el monte por leña la vigilancia es muy grande y recomiendan tener mucho cuidado y hacerlo de poca cantidad en poca. Los guardias vigilan mucho y se colocan por donde la Ermita que es donde se ve bien la Vega; lo mismo harán por donde la Ermita de Sta. Ana en Santa Colomba donde aún se alarga más la vista.

    No se para de frío por los atardeceres y más si bufa algo el viento que venga del Norte, pues lo trae de las Peñas que alguna tiene algo de nieve de vez en cuando.

  Las mujeres continúan haciendo gimnasia con Roberto los martes en el Teleclub, pues los viernes hay que ir a Pardesivil.

    El día 28, fiesta de S. Tirso, los vecinos de Pardesivil inauguraron la Ermita de S. Tirso que habían arreglado por su cuenta sin querer hacerlo con nosotros ni con los de Sopeña que de esos pueblos también hubo cofrades. Así que se puede decir, en realidad, que

 Se celebró en La Vecilla los días 10 y 11 la 16ª Muestra  de las plumas de gallo para la pesca de las truchas que lo hacen con exposiciones y  otros actos y viene muchísima gente de todas partes.

    La pared del coro de la iglesia está estropeándose por las goteras que hubo, pues ya estaban quitadas al hacer el tejado nuevo hace tres años y es una pena verlo así y hay que pintarla como sea.

    El día 18 fue la misa por mi madre Obdulia que hace ya 30 años que murió y este año le tocaba el homenaje por lo de los 80 años. Me gustaría mucho que hubiera ocurrido así, pero Miguel le recordará ese día junto a Juan Fernández, que eran del tiempo, cuando se felicita a los aún vivos.

    Se han podado los árboles que faltaban, porque con tanto calor están brotando demasiado pronto y    las heladas que vengan estropearán el fruto y luego no se cosecherá nada.

    Anita y Julián aún no han venido cuando otros años ya estaban por aquí. Su jardín como está a la abrigada ya tiene florecido bastante, porque los demás jardines del pueblo nada de nada. Y habrá que regar las plantas y los rosales porque se pueden estropear del todo por la falta de humedad del terreno. Tampoco lo han hecho Vely y Toño pero es que ella está en rehabilitación por la operación de cadera. Lo mismo les pasa a Agustín y Finita, pues ella está algo enferma.

    Este año no se han plantado árboles en el día de árbol como se ha hecho los últimos años. Habrá que ver la forma de regar como sea los arbolillos plantados el año pasado en Entrerríos, pues se pueden secar otra vez la mayoría y eso que están colocados a pocos metros del río, pero es que no hay humedad alguna.

    Murió en León, la madre de José Tarodo que tenía 75 años, que venía en ocasiones por el pueblo a la casa de su hijo. En el puente de S. José apenas si vino gente forastera.

    Se ven cantidad de corzos que bajan a beber al río pues deben estar secos, tanto algún manantial que aparece en invierno como los regueros que conservan algo de lluvia. No se han visto lobos este año aunque tiene que haberlos, pero los que sí hacen de las suyas son los zorros que buscan comida por donde pueden.

    Pilar y Miguel invitaron el día 25 al pueblo a mistela y a pastas caseras, pues salía novio en León su hijo Pablo y quisieron hacerlo como se hacía según la costumbre, cuando ocurría una cosa así y  se leían las velaciones a los que se iban a casar.

   Lucinio está arreglando la nave del ganado que hace años se hundió por el peso de la nieve y ha contratado un enganche más de agua y de alcantarillado.

    Han colocado una farola al inicio del camino de La Serna por donde la casa nueva de Juan y Carmen. De ese modo ya quedan iluminadas todas las callejas y caminos de salida del pueblo y no solo las calles.

    Se subastó el coto de caza que tiene 6.200 hectáreas y ocupa montes de Barrillos, Gallegos, Sta. Coloma, La Mata y Pardesivil. Se quedaron con él unos que vienen a Cerezales.

    Sigue parada la construcción de la línea eléctrica de alta tensión Sama-Velilla que no nos gusta a la gente que la pongan por este valle. Al parecer, tienen que debatir en el Congreso de los Diputados si la ponen o la olvidan de una vez.

    El martes 27 se hicieron las confesiones para preparar el cumplimiento con Pascua y ya han colocado los horarios de los oficios para Semana Santa; este año la Vigilia Pascual se hará en Sopeña para todos los pueblos próximos.

    Ese mismo día enterraron en Pardesivil a Benilde, viuda de Elías Fernández, que son familia del P. Aniceto, dominico muy importante y de La Mata por la tía Nati Aller.

     Ha venido una avioneta haciendo fotos a las casas del pueblo y al pueblo por la parte del río y de la ribera; después vino un señor vendiendo las fotos solas o con marcos, unas grandes y otras pequeñas. 

    Andan bajando los últimos remolques de leña del monte, pues el día 31 se cierra el plazo y no se puede hacerlo más.

    Despedimos estos tres meses con una sequía enorme como dije al principio. Da mucha pena todo.

La Crónica de León de 1 de mayo dedica una página a nuestra revista trimestral "La Mata de Curueño, un pueblo que nos une":

REVISTAS / Aniversario

La abuela cumple 125... números

‘’La Mata, un pueblo que nos une’ alcanza esta histórica cifra y 34 años de vida

F.Fernández / León

Es la revista más singular y cercana de cuantas funcionan por ahí y, seguramente, la más veterana y puntual. Ya va por los 34 años de vida, un récord en este tipo de publicaciones, y su número de primavera de 2012 se anuncia como extraordinario pues alcanza una cifra extraordinaria, el número 125. Casi nada. Es la revista ‘La Mata de Curueño. Un pueblo que nos une’.¿El secreto? La cercanía, la fidelidad a un pueblo y a sus gentes, el haberse convertido en el nexo de unión y el cordón umbilical que une la añoranza de los que viven más lejos con la realidad de su pueblo, con las obras, los nacimientos, las defunciones, los bares que cierran, los obispos que descienden de estas tierras, los libros que hablan de La Mata y su comarca, las gentes del pueblo que triunfan por el mundo o en los aluches... en fin, todo. Sirva como ejemplo la impagable sección de María Jesús Álvarez Castañón ‘Desde La Mata’, que marca la cercanía de la revista y sus lectores. “Ya dije que la misa un mes la dicen los sábados y otro los domingos, así está uno más enterado. Algunas veces viene don Manuel, que vive en La Cándana y desciende de ahí, por lo que conoce a las personas mayores. Un día al mes no hay misa y una mujer que viene , lee las oraciones y da la comunión”. (...) “No se para de frío en los atardeceres. Anita y Julián no han venido cuando otros años ya estaban por aquí. Su jardín como está a la abrigada ya tiene florecido bastante, porque los otros jardines del pueblo, nada de nada”. “El 16 de marzo se inauguró una nueva tienda de venta al por menor de toda clase de artículos ultramarinos en Barrilos y es dueño un hijo de Felipe Manzano”. Como diría el presidente del Gobierno, “las cosas que importan”.
No faltan en este 125 las habituales secciones de recuerdos, de viejos documentos, de hijos del pueblo esparcidos por el mundo (Adolfo Fernández Mendaro, empresario en México en este caso), de casas y familias (Marina Getino recuerda su casa y su familia, es hija de Fernando, el luchador)... y hay un buen número de páginas dedicadas a celebrar la cifra redonda que ha alcanzado la publicación. Plácido Fernández, uno de los fundadores que ahora vive en Méjico, recuerda aquellos primeros años. “Los dos primeros números —año 1979— me da vergüenza verlos, mea culpa. Se hicieron en forma de carta que yo escribí desde Zaragoza con una máquina que ahora sería de museo”. Recuerda que aquella carta prendió entre los vecinos, que comenzaron a pedir direcciones de los hijos del pueblo, en el número 3 ya tenían una máquina eléctrica. Así fueron haciendo camino.
“Es soberanamente hermosa esta navegación, esta andadura”, escribe Ángel Fierro en uno de los testimonios del 125. Pues eso.