31 de agosto de 2010

En ligeros hasta los ángeles son demonios

La Crónica de León. En ligeros hasta los ángeles son demonios. ‘Victoria de Ángel Vega en otra final ‘tremenda’ con Santi ‘El Míster’. Fulgencio Fernández / La Mata

Lo de ligeros, aquello de que hay más cera que en los velarios de la Catedral, volvió a ser ayer más realidad que nunca. De entrada el galeno de la lucha, Vicente, comenta que la lesión del joven Jonatan en Sabero, aquella que pareció un milgro que no fuera una fractura, está resultando más complicada de lo que parecía con los mejores pronóticos del día de la espectacular lesión. Ni tan grave como parecía ni tan leve como creímos.
Y después, en la cita de ayer en La Mata, con una tarde muy agradable de temperatura y buena entrada, la cera que se repartió en esta categoría la sabe bien el médico del corro, que se iba sucediendo en los emplastos. Primero llegó con el hombro maltrecho Ibán después de caer ante Moisés Vega.
- ¿Qué pasó?
- El hombro, quise meterlo para que fuera media y lo empeoré.
- Le das la razón al médico que quiere quitar las medias.
- No sé si le doy la razón, pero como yo no lo hago nunca cuando lo intento me sale mal, si es Santi seguro que no se manca.
Todavía lo estaba diciendo cuando apareció por detrás Santi sangrando por la cara después de su combate con Moisés. ‘‘Tenía la herida fresca y ya estamos otra vez sangrando’’.
Y es que en la guerra de ligeros hasta los ángeles son demonios, como bien demuestra en cada corro que salta al centro Ángel Vega, de Cistierna. Pese a ser mayor que su hermano Moisés muchos le preguntan si es el pequeño, tiena cara de niño, es tímido hasta costar trabajo arrancarle una palabra o una sonrisa cuando gana, pero sus rivales saben que las apariencias engañan con él.
Y se llevó el corro, tal vez en homenaje a uno de los espectadores: Luis Ignacio González, el conocido imitador de voces en el recordado ‘Jardín de los bonsais’, que demostraba cada día que las apariencias engañan y ni Fraga ni la Pantoja estaban en la radio.
Pues Ángel no era un ángel, ni mucho menos. El demonio de él fue dejando en la cuneta a Emilio José Cano con calidad y a Víctor Llamazares como si fuera el viejo zorro que no es. Le dio dos medias, aguantó hasta el final recibiendo solo una entera y... a lafinal, aunque salía del corro ‘disculpándose’ ante Víctor de haber tenido que luchar así, pero ya se sabe, como había dicho el clásico Miguelín: ‘‘La lucha es así, hermano’’.
Pero en la final tenía a un verdadero zorro y de su pueblo, Santi ‘El Míster’. Parece que no puede haber nadie que se la jugue a ‘El Míster, pero el ángel/demonio se sacó primero un zancajo de la faltriquera y remató con dos medias de esas que da el por abajo y nadie sabe como hace. Un demonio.

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