19 de junio de 2010

Jose del Riego

La web del pintor matense Jose del Riego ha cambiado de dirección y presenta nuevos cuadros relacionados con La Mata.
La Mata
Nacido en Oviedo, Jose del Riego tiene su estudio de trabajo en La Mata de Curueño y nos deleita con sus pinturas al pastel. El disfrute con el pastel, con su inmediatez como técnica pictórica, con su luz cálida y sus colores intensos y puros, ha hecho de José del Riego un convencido entusiasta de esta técnica injustamente desconocida en España. Miembro desde 2006 de la Asociación Internacional Art du Pastel en France, ha sido el promotor de la Asociación de Pintores Pastelistas Españoles, ASPAS, de la que es uno de los miembros fundadores, y su y actual Presidente.
Verano en el Soto
José del Riego cultiva casi todas las temáticas: el paisaje, el retrato, la figura (figura humana, animales, flores, naturaleza muerta), buscando no encasillarse en una única temática. Su objetivo declarado como pintor: transmitir la belleza y el amor a la vida.

El huerto de Simón
calle Real
La cuadra de Felipe
Colás
El pozo de la olla

9 de junio de 2010

El Corpus en La Mata


Además de el Corpus, con altar en la calle incluído, se celebraron las primeras comuniones de tres niños (Alvaro, Raquel y Thais), y eso sí que es un acontecimiento (gracias M. Amor)

2 de junio de 2010

Nos leen...

... en Japón. Hemos recibido un mensaje de Yukiko. Yukiko dijo...

Hola. Soy japonesa, me llamo Yukiko. Estudio literatura española, sobre todo las obras de Julio Llamazares.
A través de la novela de de J.Llamazares, El río del olvido, me he encontrado este pueblo, La Mata de Crueño, y su blog.  Me gusta mucho leer artículos del blog. Tengo interés de la vida y la cultura del mundo del Río del olvido.
(Disculpe mi mal español.). Hasta luego.

Gracias Yukiko. Nos das ánimo para continuar.

El río del olvido relata el viaje a píe que realizó Julio Llamazares en el verano de 1.981 a lo largo del curso del río Curueño, "el solitario y verde río que atraviesa en vertical el corazón de la montaña leonesa", comenzando en Ambasaguas, donde el Curueño se une al Porma.
Cinco son las páginas dedicadas en el libro a La Mata, donde se narra el encuentro con un hijo del pueblo como fue Eufemiano Díez González "el topo de La Mata" y donde Julio Llamazares recuerda que el apellido de La Mata de Curueño es importante, pues en el mismo río, aguas arriba, hay otra Mata, La Mata de la Bérbula, cercana a La Vecilla, de donde desciende y donde pasó son veranos infantiles y aún sigue veraneando.
Narra que llegó al pueblo a las cuatro de la tarde y no encontró a nadie, aplastadas sus gentes por el peso de la siesta. Después de refrescarse en el chorro de la fuente de la plaza (por eso se dice "Si vas a La Mata lleva pan que agua te la darán") el viajero encuentra a un hombre sentado a la puerta de su casa. Es Eufemiano Díez, un fantasma que vigila las calles de La Mata desde que en 1.937, regresará al pueblo desde el frente del monte Naranco, en Asturias, donde había combatido con los rojos, huyendo de la guerra, para esconderse durante diez años en una fosa de unos dos metros de largo y ochenta centímetros de ancho, como una sepultura, excavada en la cuadra de su casa y que era tapada con unas tablas y con abono por su padre. Diez años enterrado, saliendo unicamente de noche para comer y estirar un poco las piernas, cuando los guardias no estaban al acecho.
- Hay que vivirlo, para saber lo que es estar diez años enterrado, sin poder ponerme de lado porque pegaba en el tablero, solo pudiendo estar boca arriba o boca abajo. Pero lo peor era el calor, pues aunque cuando entierran a alguien en el pueblo la gente dice que menudo frío que tiene que estar pasando, no se pasa frío, no; calor, calor es lo que se pasa bajo tierra, calor y humedad.
- Cuando me entregué a la guardia civil en 1.947, en el cuartel de Pardesivil, un cuartel que habían puesto para mí, yo que nunca hice daño a nadie y la prueba es que me juzgaron y me dejaron libre, la gente salía a ver a un rojo, un rojo que era blanco como un muerto, después de tanto tiempo enterrado.
Femiano -a la derecha- junto a su hermano Marcelino, su esposa Alberta, su sobrino Carlos y el Navarro, en 1971, a la puerta de la casa familiar de La Mata