7 de agosto de 2009

La Cruz de las Secadas

Cantón o Arca de la Cruz de las Secadas en el lugar donde estuvo desde tiempo inmemorial
Cantón o Arca de la Cruz de las Secadas en su nueva posición

Cantón o Arca de la Cruz de las Secadas

Hace unos años que, en los números 80 y 81 de este Boletín, Navidad del año 2000 y Primavera del año 2001, páginas 6 y 9, respectivamente, se hizo referencia al “Cantón”, así conocido por los lugareños, y al “Arca de la Cruz de las Secadas”, que es denominación antigua y más apropiada. Como se narraba entonces, esta Arca de las Cruz de las Secadas o Cantón indicaba, posiblemente, uno de los límites territoriales de los lugares de La Mata y Pardesivil.
Estas arcas o mojones o murias se utilizaban como señales para fijar lindes de heredades, propiedades, términos y fronteras, generalmente en despoblados; los materiales empleados eran diversos, tales como postes, piedra o piedras, árboles, fuentes, etc. En el artículo publicado en este mismo Boletín, en sus páginas 10 y 11, referido al documento “Apeo y Deslinde de los términos de La Mata y Pardesivil, del año 1744, con el fin de levantar arcas en sitios y parajes”, se cita como primera referencia “un arca que está en el Camino Real y llaman Cruz de las Secadas y es un montón de piedras y en él la Cruz”.
Tal Camino Real -uno de tantos caminos desde la Meseta hacia Asturias- se transformó con el tiempo en la carretera actual de Barrio a La Vecilla. Las piedras y cruz a las que se hace mención han desaparecido, en caso de que fuera un elemento distinto al actual, permaneciendo en el lugar una gran piedra con una cruz tallada en la misma. Hace nueve años, cuando se estaba ensanchando la carretera de Bario a La Vecilla, hacia el kilómetro diez de la misma, esa piedra mojonera, de cerca de media tonelada y casi un metro cúbico de volumen, iba a quedar enterrada o transportada lejos como material de desecho. Se hicieron gestiones, por parte de Juan Pérez como presidente de la Junta Vecinal de La Mata, y por otras personas, con el fin de salvar un vestigio más de tiempos pasados. Se consiguió que dejaran aparcada la citada piedra en la finca lindante, aunque posteriores unas obras hechas en una presa de riego próxima hicieron que desapareciera de la vista. Una reciente actuación de Jesús Campos, actual presidente de la Junta Vecinal, ante el ingeniero responsable de esta demarcación de carreteras, ha permitido que fuera recuperada. Y a cuenta del pueblo de La Mata ha sido colocada sobre una base de piedras, a nivel de la carretera y en el mismo lugar donde llevaba desde tiempo inmemorial. Las defensas metálicas de los “quitamiedos” y la zona en curva de la carretera, impiden, en parte, su contemplación con una parada que siempre sería interesante. Por ciertos intereses y actuaciones no se pudo colocar en la confluencia del camino de Las Secadas con la carretera, a unos diez metros de distancia, como fue la primera intención, a la sombra de unos matorrales de encinas. Lo importante es que se ha logrado que permanezca a la vista una más de las referencias históricas que nos rodean, gracias a la preocupación y al esfuerzo, también económico, de los vecinos de La Mata y de sus representantes.

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