24 de marzo de 2007

Nevada para despedir el invierno

Después de un invierno con poco frío y bastantes lluvias y cuando parecía que el viento y la nieve habían dado una tregua a León, que abrazaba la primavera de forma anticipada, con un fin de semana primaveral en La Mata; al día siguiente, el lunes 19 de marzo una ola de frío entró por el norte peninsular dejando una cota de nieve por encima de 600 metros.
En La Mata cayó una buena nevada para despedir el invierno. Desde el lunes 19 por la mañana estuvo nevando y se cubrió sobre las 5 de la tarde. Desde ese momento no ha parado de nevar y siguió nevando el martes con intensidad.

14 de marzo de 2007

Pregón de fiestas 2.005

Hemos rescatado del baúl de los recuerdos el pregón de las fiestas del 2.005, a cargo de un insigne hijo del pueblo: Luis Ignacio.

En La Mata de Curueño se celebran las fiestas de San Martín, el último domingo de agosto, que es cuando más gente hay en el pueblo. La hermosa cita anual proporciona encuentros que se unen año tras año para sentirse inacabados ...

El pregon de fiestas se celebra el viernes por la noche, en el CORRAL DE LAS SOPEJAS. Va precedido de la Ronda tradicional con dulzaineros. Sus sones nos llevan a la siempre bien recordada reunión de vecinos y amigos. Además hay sopas de ajo, vino, queimada, bailes regionales con el grupo folklórico "Los Cantarales" y gran rifa.

Este es un programa tipo de las fiestas de La Mata:

Domingo, 18 de agosto: 13 h. La Comisión de fiestas visita a los vecinos: la fiesta la hacemos todos.
Miércoles, 21 de agosto: 10 h. Hacendera: el pueblo es de todos, limpieza y engalanamiento. 20 h. Merienda en el Teleclub y exposición de los trofeos de la fiesta. Cada uno aportará algo de despensa y cocina. 23 h. Escondite: un pajar, una mata espesa ... recuerdan los años de la niñez.
Jueves, 22 de agosto: 18 h. Desfile de disfraces y chocolatada. 20 h. Concursos de tenis de mesa y juegos de la rana y de la llave. 22 h. Finales de juegos de mesa: tute, brisca, mus y parchís (mayores e infantiles).
Viernes, 23 de agosto: 13 h. Concurso de tortillas de patatas y concurso de tartas. 14 h. Gran costillada "pa" quitar el hambre. Invita la Comisión. 18 h. Juegos infantiles: los peques a jugar y los mayores a disfrutar. 18 h. Concurso de bolos: por parejas e individual.22 h. Ronda tradicional con dulzaineros. Sus sones nos llevan a la siempre bien recordada reunión de vecinos y amigos. 22 h. Confraternización en el CORRAL DE LAS SOPEJAS: Pregón de fiestas, sopas, vino, queimada y gran rifa. 24 h. Gran verbenas con la disco TIVOLY.
Sábado, 24 de agosto: 9 h. Diana. 11 h. Misa por los hijos del pueblo difuntos: recuerdo de los fallecidos durante el año y de los antepasados que reposan en nuestros cementerios o en cualquier lugar del mundo. 13 h. Desfile de carrozas y comparsas. Carros y remolques llaman al mundo de la fantasía. 17 h. Partido de fútbol: casados contra solteros. Otro momento para la tradición y para sentirse joven. 22 h. Gran verbena con la disco TIVOLY.
Domingo, 25 de agosto: 12 h. Procesión y solemne Misa en honor de San Martín. Llevamos a nuestro Patrón por las calles engalanadas precedido por el pendón, el Cristo y los faroles. 13 h. Homenaje a nuestros mayores que cumplen 80 años y convidada. 18 h. Gran corro de LUCHA LEONESA. Nuestro pueblo mantiene la tradición de los "aluches". 22 h. Fuegos artificiales de fin de fiesta.
Lunes, 26 de agosto: 22 h. Fin de fiestas. Chocolatada, cuentas de la fiesta y nueva comisión.

¡No está mal para un pueblín que no llega a los 50 habitantes!.

9 de marzo de 2007

Gallos de Pluma y Mosca Artificial

El 10 y 11 de marzo de 2.007 se celebra en La Vecilla la Muestra de Gallos de Pluma y Mosca Artificial, que este año volverá a contar este año con animales vivos, pues la gripe aviaria había impedido durante las dos últimas ediciones la presencia de aves.


Asi recoge el evento Diario de León: J. A. B. Planillo corresponsal La Vecilla.
El pabellón deportivo de La Vecilla acogerá durante este fin de semana la Muestra de Gallos de Pluma y Mosca Artificial en la que se darán cita más de 30 artesanos dedicados, sobre todo, a la elaboración del anzuelo en el arte de la pesca. El presidente de la Diputación Provincial, Javier García-Prieto, será el encargado de inaugurar este evento junto con la senadora popular y presidenta del PP provincial, Isabel Carrasco. Durante dos días La Vecilla será el escenario en el que se mostrará la mejor mosca y los mejores señuelos para la pesca deportiva. En esta edición serán 30 los puestos que formarán parte de la muestra y en muchos de ellos se harán demostraciones en público sobre el montaje de una mosca con pluma de los afamados gallos del Curueño. En las ediciones anteriores, algunos de los criadores de los gallos llegaron a realizar en directo la pela del gallo obtenidas del cuello y riñón del animal, para ser apiladas en mazos de doce plumas cada uno, para la posterior venta al público. La feria, que se desarrollará durante todo el fin de semana, contará de nuevo con la presencia de animales en directo, tras dos años de ausencia como consecuencia de la gripe aviaria. Los miembros de la Asociación de Gallos del Curueño consideran que la gripe aviaria ha afectado considerablemente la cría de estos gallos, únicos de esta comarca leonesa. Promoción turística El Ayuntamiento de La Vecilla es el encargado, año tras año, de ser el máximo responsable de la organización de este encuentro. El alcalde, Francisco Rojo, insistió en que la feria contará con puestos en los que se mostrarán las variedades de pluma que producen los gallos de la zona, aunque dentro del recinto ferial también se incluirán otros productos relacionados directamente con la pesca y con las posibilidades del municipio, como productos gastronómicos y oferta de turismo rural. Rojo destaca el apoyo incondicional del diputado provincial Lupicinio Rodrigo, que destaca la singularidad de esta especie. Además, fue el encargado de anunciar el compromiso de la Diputación provincial con los criadores de la comarca.

Un animal único en su especie que destaca por sus plumas con brillo de cristal. Las plumas de este gallo tienen un brillo similar al de los insectos.
El gallo del Curueño es una especie singular. De hecho, los pescadores aprecian sus plumas por su brillo de cristal, similar al de los insectos reales. Como ha ocurrido durante las últimas ediciones, los artesanos que acuden a la cita de este año volverán demostrar en directo cómo se montan los anzuelos. Durante este fin de semana, en el polideportivo de La Vecilla, se darán cita cerca de 30 artesanos de la comarca, en la que además de los criadores y los montadores de anzuelo, también estarán presentes comerciantes y hosteleros de la comarca, que ven en la potenciación del arte de la pesca una vía para desarrollar la zona, a través del desarrollo sostenible y el turismo. La feria, como cada año, volverá a reunir en La Vecilla a centenares de personas interesadas en la pesca y en las curiosidades de este animal singular.

8 de marzo de 2007

La Mata y premios AUI

Hemos presentado la candidatura de La Mata de Curueño a los premios anuales de la Asociación de Usuarios de Internet que se convocan cada año desde 1.997 y tienen por finalidad reconocer a empresas, administraciones y personas españolas que con sus trabajos, actividades y proyectos han contribuido, durante el año anterior, a la difusión, al uso y al desarrollo de la Sociedad de la Información y de Internet.

Los premios de la Asociación tienen un carácter de reconocimiento y no llevan asociada ninguna contraprestación monetaria.
Ganar no ganaremos, pero llevaremos el nombre del pueblín un poco más lejos.
Participamos en dos categorias de los premios, por un lado, en Mejor municipio y, por otro lado, en el apartado de Página personal.

La Mata de Curueño(León) es, sin duda, uno de los pueblos mejor descritos del mundo, con su revista ´La Mata de Curueño. Un pueblo que nos une´, con 104 números y con su página Web.

La ribera del Curueño

En el sitio Web Ecuestre online encontramos la siguiente reseña referida a nuestro pueblo y al valle del Curueño.

"El tiempo no transcurre aquí, en La Mata de Curueño. Es como si alguien se hubiera encargado de pararlo. Quizá la culpa sea del paisaje, tan verde, tan rico, tan diferente a las escenas a las que hemos acostumbrado nuestros ojos. Es el que marca los tiempos. Los caballos se han convertido en un modo de vida para muchos. Descubrir todos estos pueblos de la montaña de León es ya un recurso, un atractivo más del llamado turismo rural.
Salimos de El Soto, un prado situado a unos minutos de La Mata de Curueño, nuestro punto de encuentro. Localizamos La Mata en la provincia de León, en el municipio de Santa Colomba de Curueño. Es el centro geográfico del Valle del Curueño, en su zona baja.

Nuestra primera tarea consiste, sencillamente, en recoger los caballos que viven noche y día en una envidiable libertad en este campo. Son ejemplares cruzados. Colocadas las monturas sobre los dorsos de los mansos animales, emprendemos nuestro viaje. Vamos a seguir la senda del río Curueño. Es una aventura que no le defraudará. El río, que nace en las tierras altas del Puerto de Vegarada, sobre todo, presume de su abundante caudal en los meses de invierno.
Toda la zona es tierra de pastores y animales; de agricultores, artesanos y escritores. A lo lejos, las cumbres están habitadas por caballos salvajes, rebecos o lobos… aunque éstos cada vez están más controlados. El primer contacto con la tierra nos llega por el olor de sus árboles. En ocasiones, donde crecen los cereales (sobre todo maíz), los pimientos o las patatas, el olor es intenso. Sólo los mugidos de las vacas, el retrote de algún caballo o el silbido de la brisa nos devuelven a la realidad, alterando esta paz tan indescriptible que acompaña a los viajeros.
Avanzamos poco a poco, contemplando el paisaje o conversando sobre un tema recurrente en estos tiempos: el mal de las “vacas locas”. Aquí, en estos rincones de León, a nadie le ha perjudicado la psicosis de la ciudad. Incluso ha fortalecido el mito de la vaca leonesa, que crece sin traumas en la buena tierra.
Por la senda del río llegamos hasta la presa de Segoria. Es una presa construida por los lugareños para asegurarse el agua de los riegos en los meses de verano. Empieza a funcionar en mayo, hasta octubre, aproximadamente. En este punto seguimos la senda del río que queda a nuestra derecha. José Manuel, el guía, nos explica que la trucha es la reina del Curueño. Sus orígenes se remontan a la era terciaria.

Un pequeño bar, situado casi en la orilla, nos ofrece una bebida para reponer fuerzas. Tomamos agua y vino. A pocos metros, la gente agota los últimos rayos de sol. Imaginamos el invierno en estas latitudes, con el gemido de la niebla y el gélido aire rompiéndose contra los árboles. Es una ilusión narrada por autores como Julio Llamazares. Las estadísticas dicen que la temperatura media de esta zona es de 8,6 grados…

En las márgenes del Curueño crecen altivos chopos y álamos. Descubrimos las tierras de cultivo y a sus agricultores. A los turistas del progreso nunca les dejará de emocionar cruzarse con un paisano que, al tropezar con el caballo que avanza por sus caminos, deja la mirada perdida y pregunta: “¿Hacia dónde van?”. “Camino de Pardesivil”, contesta el guía, hombre al fin de la misma tierra. Y camino de Pardesivil encontramos la típica vegetación leonesa. Hay muchos pinares completamente repoblados. Quedan ya pocos robledales, el árbol más representativo de esta zona.

En verano, los visitantes recogen menta, manzanilla, té o arándanos… En otoño las setas son un bien preciado y, si el tiempo lo permite, compiten en exquisitez con las nueces y las avellanas. Preguntamos por los jabalíes o los zorros. Son como las meigas: existen, pero cuesta verlos. En el cielo, en cambio, campean a sus anchas las águilas ratoneras o las culebreras. También se escucha en las noches el misterioso canto de los mirlos o los ruiseñores.

Pardesivil pertenece al ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño y es una pequeña población, situada a ambos lados de la carretera. Poco a poco nos vamos acercando a Sopeña, un pueblo que ocupa un espacio de poco más de mil hectáreas. Es eminentemente ganadero. De hecho, antiguamente llegó a albergar mas de dos mil cabezas de ganado. Avanzamos por sus calles saludando a los vecinos, que se asoman a las ventanas al descubrir el sonido de los cascos de los caballos. Sopeña perteneció al Monasterio de Sahagún y, corriendo el siglo XVI, al Arciprestazgo del Curueño. Doscientos años después, formó ya parte del Concejo del “Valle del Curueño” y, actualmente, del municipio de La Vecilla.
Casi al final de la ribera, llegamos a La Cándana, un pueblo que debe su fama a la variedad de gallos que, dicen, sólo se crían allí y, en menor cantidad, en Sopeña: el gallo indio. La Cándana forma parte del espectáculo de la civilización leonesa de toda esta ribera del Curueño. Salpicado de casas, entre cordilleras y montañas, el paisaje puede llegar a provocar en el viajero una extraña sensación de tristeza.
Hay lugares en los que ni siquiera existe una simple panadería. “¿Para qué?”, contesta el interlocutor. “No hace falta. Ya vendrá alguien en una furgoneta con pan”. Pues tiene razón…

La Vecilla es una visita obligada. Desde tiempos inmemoriales es la verdadera capital del alto Curueño. Por sus lindes se accede a la montaña leonesa. Quizá por su localización geográfica se ha convertido en el punto neurálgico de la comarca, donde han ido proliferando los comercios y las tiendas, y donde leoneses y forasteros hacen un alto en el camino.
No obstante, cuenta la leyenda que La Vecilla no siempre dio la bienvenida a los huéspedes. En un intento desesperado por apaciguar las ansias bélicas de los guerreros moriscos, los antepasados construyeron diversas fortificaciones en estratégicos puntos. Una de ellas, vinculada al Conde Luna, se puede admirar en el centro de La Vecilla. Es el conocido Torreón Militar, que data del siglo XII.
Paramos, más adelante, en el Palacio de Otero para contemplar el buen estado de conservación de este edificio, que da idea del nivel y la categoría de los vecinos de la villa. Allí tendrá el viajero la oportunidad de contemplar los escudos, las fachadas blasonadas.

Camino de las Hoces Ranedo de Curueño es otro de nuestros destinos. Pertenece al municipio de Valdepiélago. Apenas viven una decena de vecinos que se niegan a abandonar sus casas cargadas de recuerdos o sus muertos, que son su pasado. La visión de las calles vacías o la ausencia de niños en muchos de ellos son el fiel reflejo del progreso, que avanza más rápido que las generaciones. Piensa el jinete ajeno a estas tierras que el caballo permite adentrarse en esta España desconocida por muchos y para muchos.
Llegamos a Otero. Las gallinas y los famosos gallos pardos se pasean con su sordo cacareo por las calles. Huyen despavoridos al sentir el hueco sonido de los cascos de los caballos avanzando por su territorio.
Buena parte de la fama que arrastra este río en todo el mundo se debe a que, en la mayoría de los pueblos por los que viajamos, se obtiene la mejor pluma para la elaboración de anzuelos de pesca.
Terminamos nuestro particular peregrinaje en Nocedo, a las puertas de las Hoces de Valdeteja, no sin antes pasar por Valdepiélago y Montuerto, donde el río se hace cada vez más y más estrecho. Atravesamos un puente romano y contemplamos con asombro cómo la naturaleza se ha encargado de crear escenas de inigualable belleza. Una casa crece casi dentro del río, al más puro estilo veneciano; un niño corre con su bicicleta y un abuelo pasea con su bastón por las calles, donde el eterno retorno al pasado es hoy un reclamo turístico. Los confusos lenguajes del silencio y del paisaje son nuestro último recuerdo".

4 de marzo de 2007

48 personas en La Mata

En el Boletín Oficial de la Provincia de León del día 2 de marzo de 2.007, la Subdelegación del Gobierno en León ofrece los datos del censo de los municipios leoneses con motivo de los próximos procesos electorales.

La cifra de población del municipio de Santa Colomba de Curueño (partido judicial de León), resultante de la revisión del padrón municipal referida a 1 de enero de 2.006, es de 642 habitantes y le corresponden 7 concejales.

En La Mata de Curueño están empadronadas 48 personas.

Los pueblos del ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño presentan las siguientes cifras:

  • Ambasaguas de Curueño, 75
  • Barrillos de Curueño, 174
  • Barrio de Nuestra Señora, 99
  • Devesa de Curueño, 79
  • Gallegos de Curueño, 53
  • Mata de Curueño (La), 48
  • Pardesivil, 30
  • Santa Colomba de Curueño, 104

Julio Llamazares y La Mata


El escritor leonés, vinculado al Curueño, Julio Llamazares incluyó La Mata de Curueño en su libro El rio del olvido, publicado en 1.990 por la editorial Seix Barral.

El río del olvido relata el viaje a píe que realizó Julio Llamazares en el verano de 1.981 a lo largo del curso del río Curueño, "el solitario y verde río que atraviesa en vertical el corazón de la montaña leonesa", comenzando en Ambasaguas, donde el Curueño se une al Porma.

Cinco son las páginas dedicadas en el libro a La Mata, donde se narra el encuentro con un hijo del pueblo como fue Eufemiano Díez González "el topo de La Mata" y donde Julio Llamazares recuerda que el apellido de La Mata de Curueño es importante, pues en el mismo río, aguas arriba, hay otra Mata, La Mata de la Bérbula, cercana a La Vecilla, de donde desciende y donde pasó son veranos infantiles y aún sigue veraneando.

Narra que llegó al pueblo a las cuatro de la tarde y no encontró a nadie, aplastadas sus gentes por el peso de la siesta. Después de refrescarse en el chorro de la fuente de la plaza (por eso se dice "Si vas a La Mata lleva pan que agua te la darán") el viajero encuentra a un hombre sentado a la puerta de su casa. Es Eufemiano Díez, un fantasma que vigila las calles de La Mata desde que en 1.937, regresará al pueblo desde el frente del monte Naranco, en Asturias, donde había combatido con los rojos, huyendo de la guerra, para esconderse durante diez años en una fosa de unos dos metros de largo y ochenta centímetros de ancho, como una sepultura, excavada en la cuadra de su casa y que era tapada con unas tablas y con abono por su padre. Diez años enterrado, saliendo unicamente de noche para comer y estirar un poco las piernas, cuando los guardias no estaban al acecho.

- Hay que vivirlo, para saber lo que es estar diez años enterrado, sin poder ponerme de lado porque pegaba en el tablero, solo pudiendo estar boca arriba o boca abajo. Pero lo peor era el calor, pues aunque cuando entierran a alguien en el pueblo la gente dice que menudo frío que tiene que estar pasando, no se pasa frío, no; calor, calor es lo que se pasa bajo tierra, calor y humedad.

- Cuando me entregué a la guardia civil en 1.947, en el cuartel de Pardesivil, un cuartel que habían puesto para mí, yo que nunca hice daño a nadie y la prueba es que me juzgaron y me dejaron libre, la gente salía a ver a un rojo, un rojo que era blanco como un muerto, después de tanto tiempo enterrado.